Una Constitución coja
Confieso que tenía previsto pasar del tema; pero después llega el día y resulta poco menos que imposible sustraerse a la avalancha de empalagosas aportaciones periodísticas, o quizás debiera decir opinionísticas, en todo tipo de soporte, prensa escrita, radio, televisión o redes. El día 6 de diciembre suele ser el día en que los españoles, al estilo de aquel inolvidable mister Wolf de profundas convicciones filosóficas que creara la imaginación de Quentin Tarantino, nos regodeamos en las excelencias de nuestra Constitución. Lo cierto es que, si no lo es ya, va camino de ser la más longeva de nuestra historia constitucional, lo que ya le da un cierto nivel y reconocimiento. También cabe elogiar el altísimo grado de aceptación que logró cuando los españoles de entonces fuimos llamados a votarla en referéndum. Y a nivel institucional no hace ni un mes asistimos a la imposición del Toisón de oro a los dos supervivientes del grupo conocido como padres de la Constitución, lo cual aña...