Amenazas, cambio climático y la necesaria transformacion de las Fuerzas Armadas
El mes de septiembre de 2017 ha sido testigo de un hecho inusitado, único:tres huracanes de grado superior en la escala Saffir-Simpson, es decir, grado 3 de 5 o superior, se desplazaron en torno a las Antillas al mismo tiempo. Uno de ellos, bautizado como Irma, batió los anales históricos en cuanto a días en el nivel máximo. La devastación causada por todos ellos y el Harvey, que solo una semana antes había asolado el estado de Tejas, ha sido impresionante.
Al mismo tiempo, en España se lidiaba con la mayor sequía de los últimos 30años. Las imágenes de pantanos sin agua y las ruinas de viejos pueblos emergiendo del fondo de estos nos han acompañado durante la segunda mitad del 2017 y el invierno siguiente, hasta que un marzo inusualmente cargado de lluvia y nieve rellenó en pocos días esos mismos pantanos en 2018, y el frío se mantiene en primavera. ¿Es el efecto del cambio climático o es una casualidad? Este artículo pretende relacionar este hecho, el cambio climático, con las amenazas formuladas a nivel nacional y por las instituciones supranacionales y de defensa de las que formamos parte para, desde esa relación, que nos parece clara, incidir en la necesidad de una adaptación o evolución, en todo caso más rápida de lo que pensábamos, de nuestras Fuerzas Armadas (FAS).
Las amenazas para España, la UE y la OTAN
Nuestra defensa nacional se articula a partir de una Ley Orgánica, de 18 denoviembre de 2005, que tiene por objeto contribuir también a la paz y seguridad internacionales en el marco de los compromisos contraídos por España.
De acuerdo con la ley, en cada legislatura debiera aprobarse una directiva dedefensa nacional, pero actualmente aún rige la de 2012, al llevar desde 2011 el Sr. Rajoy como presidente. Esta directiva parte del planteamiento de que España tiene que contar con una defensa responsable y creíble para hacer frente a las posibles amenazas que puedan afectar, tanto a nuestra seguridad como a la de nuestros aliados, para ser un socio fiable y respetable en las organizaciones internacionales.
Foto 1: Pueblos que emergen del fondo de los pantanos como consecuencia de la mayor sequía de los últimos 30 años
La directiva menciona específicamente los riesgos derivados de un mundo cada vez más interconectado, en el que grupos terroristas pueden dañar la paz social, la seguridad ciudadana y laestabilidad política. Pensamos que el cambio climático incidirá directa y dramáticamente en esos riesgos.
Las líneas generales de la política de defensa contempladas en la Directiva 1/2012 son:
asegurar una España fuerte que contribuya a la estabilidad internacional;
desarrollar la plena coherencia y coordinación de todos los instrumentosde seguridad y defensa;
mantener un nivel nacional de disuasión creíble y suficiente;
llevar a cabo la necesaria transformación de las Fuerzas Armadas;
acentuar el esfuerzo en la comunicación estratégica de la defensa, con objeto de fomentar la conciencia de defensa nacional.
Con posterioridad a esta directiva de defensa nacional, en mayo de 2013, se publica otro importante documento, la Estrategia de Seguridad Nacional,actualizada y renovada recientemente, en diciembre de 20171; en ella se defineel concepto de «seguridad nacional» como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad, la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales. También recoge el contribuir, junto con nuestros socios y aliados, a la seguridad internacional en el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional está articulada en seis capítulos que sitúan la seguridad de España en el mundo, e identifican, y esto es desde nuestro punto de vista la parte más importante y substancial, los desafíos y amenazas actuales para que, con base en estos, se tracen las líneas de acciónprioritarias.
La estrategia considera seis amenazas y seis desafíos, y las líneas de acción y estrategias derivadas correspondientes. Las amenazas a España son:
conflictos armados
terrorismo
proliferación de armas de destrucción masiva
crimen organizado
espionaje
vulnerabilidades en los espacios comunes globales (marítimos, aéreos, aeroespaciales y cibernéticos). El terrestre no es común porque tiene siempre un «propietario»
Los desafíos que debe enfrentar España:
inestabilidad económica y financiera
vulnerabilidad energética
flujos migratorios irregulares
epidemias y pandemias
emergencias y catástrofes naturales
los efectos derivados del «cambio climático»
La UE no tiene una estrategia de seguridad en sí misma, pero sí cuenta con un documento de igual importancia, la Estrategia Global Europea2, que supone el marco general en el cual, y con el fin de asegurar la paz y seguridad de los ciudadanos de la UE, se definen una serie de prioridades de actuación, a saber:
la seguridad de la Unión Europea,
la resiliencia estatal y social de nuestros vecinos orientales y meridionales,
un enfoque integrado de los conflictos,
órdenes regionales de cooperación,
gobernanza mundial para el s. xxi.
De estas cinco prioridades, y en relación con las amenazas objeto de nuestro trabajo, no cabe la menor duda de que debemos centrar nuestros intereses en la primera de ellas, la seguridad de la Unión, y así es como descubrimos unos elementos ―la Estrategia Global parece evitar el término «amenaza» por motivos que desconocemos― que según el documento «se ciernen tanto sobre nuestra población como sobre nuestro territorio» y que, según relaciona,serían:
el terrorismo
las amenazas híbridas
la volatilidad económica
el «cambio climático»
la inseguridad energética
En ellos descubrimos alguna coincidencia y, sobre todo, la aparición clara y determinante del cambio climático, como desafío o riesgo, objeto principal de este artículo.
Foto 2: Labores de limpieza de vertido de petróleo
En relación con la OTAN, esas amenazas se presentan en los acuerdos tomados en su última cumbre de Varsovia de julio de 2016, y así, en el comunicado oficial3 de esta encontramos en su párrafo 5 que: «There is an arcof insecurity and instability along NATO's periphery and beyond. The Alliance faces a range of security challenges and threats that originate both from the east and from the south; from state and non-state actors; from military forces and from terrorist, cyber, or hybrid attacks». Es decir, que de nuevo nos encontramos con tres amenazas fundamentales:
amenazas híbridas
terrorismo
ciberataques
En el párrafo 31 del mismo documento nos encontramos que: «Terrorist acts and the trafficking of arms, drugs, and human beings across the Sahel-Sahara region continue to threaten regional and our own security». Y también presta atención al norte de África. Los párrafos 71 y 72 se dedican por entero a tratar sobre la ciberseguridad y las guerras híbridas, lo que nos da también la medida de la importancia que, siempre muy inferior a la de Rusia, la Alianza les da.
El cambio climático
Cuando pensamos en el cambio climático, en general nos viene la imagen de la plataforma Larsen C desgajándose en la Antártida4, o quizá los recientes huracanes caribeños, ya citados, junto con la renovada sequía en España. En el mejor de los casos, si hemos prestado algo de atención a los repetidos informes y reportajes sobre el problema, podemos imaginarnos al paradisíaco archipiélago de las islas Maldivas desapareciendo ante el empuje de un mar crecido en un metro, o más. Incluso podemos ir más allá e imaginar lo que pasará con millones de personas que viven a la orilla del mar y que, con seguridad, perderán sus hogares y, en muchos casos, sus medios de subsistencia a lo largo de este siglo. La desaparición del delta del Ebro, por ejemplo, es ya algo imparable, al parecer.
Este simple hecho, de producirse, implicará gigantescos desplazamientos de población ―migraciones incontroladas―, destrucción de infraestructuras de todo tipo, enormes convulsiones económicas, etc., es decir, el cambio del mundo tal y como lo conocemos. Todo ello tiene implicaciones para la defensa de las naciones, especialmente para aquellas que se ubican en zonas de transición climática y continental, como España. Y, lo que es peor, las previsiones pueden acelerarse si, como parece, el permafrost del norte se descongela y suelta en la atmósfera su contenido de metano5, mucho peor para el efecto invernadero que el dióxido de carbono. La espiral temporal se haríamucho más dramática si, además, coincide como ahora con el ciclo alto de metano que produce de forma natural la Tierra.
En el año 2003, Europa sufrió una terrible ola de calor con el resultado de miles de muertes prematuras. Los diez años más calurosos desde que se tienen datos se encuentran todos ellos en la última década6. La combinación de temperaturas tórridas durante la mayor parte del año, junto con altos niveles de humedad, hará simplemente que muchas zonas del globo se conviertan eninhabitables para la vida humana, lo que llevará aparejado un renovado ciclo de migraciones.
¿A dónde irán? Para los que no se desplacen, especialmente en el hemisferio norte, conviene que sepan que algunas previsiones dan para Nueva York un clima similar al actual en Baréin7. Si aumentamos dos grados centígrados las temperaturas medias de las zonas ya calientes, como Oriente Medio, llevará implícito el desplazamiento de personas y tensiones religiosas, lo que aumentará la presión ya existente en Europa.
Foto 3: Con la ampliación y subida hacia el norte del cinturón de calor también subirá el mosquito Aedes aegypti, el vector transmisor del dengue, chikunguña, malaria y el recién llegado zika.
Los cereales vienen alimentando al mundo desde su origen. Es bien conocidosu crecimiento y por ello puede afirmarse que, en condiciones ideales de producción, por cada grado de aumento en la temperatura ambiente, los rendimientos decrecen entre un 10 y un 17%, es decir, cuando el progreso hace que la expectativa vital aumente, la Tierra tendrá más dificultades para producir el grano que nos alimente. 8. Alguno pensará que, para compensar, podremos cultivar más al norte, en la tundra, pero, cuanto más al norte, menos riqueza en los suelos, y por lo tanto menos producción. Por este lado la ecuación también nos da negativo.
Hemos citado ya el problema de la sequía, pero pensar a escala nacional puede ser un gran error. Las previsiones para el norte de África y Oriente Medio son incluso más graves, y particularmente en nuestro vecino sureño. Marruecos presenta un futuro desértico con caída feroz de las producciones, y es fácil imaginar, con la secuela natural de migraciones masivas, a dónde se dirigirán.
Hay aspectos en el cambio climático mucho más inquietantes que las sequías, los huracanes o los tornados. Existen bacterias y virus almacenados en el hielo primigenio a las que el ser humano, en algunos casos, nunca se ha enfrentado, y en otros, como por ejemplo la gripe, que aniquiló a millones en 1918, o la viruela, o la peste bubónica9, tienen difíciles respuestas. En muchos casos esos organismos perderán sus propiedades malignas ante las extremas condiciones de la Tierra, pero es posible que se den situaciones en las que nuestro sistema inmunológico no cuente con las defensas necesarias contra los virus.
Con la ampliación y subida hacia el norte del cinturón de calor también subirá el mosquito Aedes aegypti, el vector transmisor del dengue, chikunguña, malaria y el recién llegado zika. Con él se multiplicarán las oportunidades de transmisión y, además, el parásito que el Aedes nos ha transmitido ―en el caso de la malaria― se reproduce diez veces más rápido por cada grado que aumenta la temperatura ambiente. Son riesgos añadidos del cambio climático en los que quizá no nos habíamos parado a pensar.
El dióxido de carbono aumenta, y solo un cambio radical del modelo energético podría ralentizar, no ya detener, la evolución negativa del aire que respiramos. El excesivo dióxido en nuestros pulmones afecta a nuestras funciones cognitivas y ello repercutirá negativamente en los rendimientos intelectuales de la población, menos rendimiento y más gasto. El ozono también aumenta, y también es nocivo, con resultados imprevisibles como parece mostrar ―aun sin demostrar10― la epidemia de neonatos con autismo en Hollywood, donde el deporte al aire libre es habitual.
El calor tiene otros efectos nocivos en las sociedades. No es casual que los conflictos sociales aumenten en verano; lo vemos todos los años en la televisión. El calor excesivo nos altera, nos hace menos tolerantes, más agresivos y, por lo tanto, más tendentes al altercado. Son varios los estudios sobre la cuestión, pero Burke y Hsiang11 lo han cuantificado entre un 10 y un 20% de aumento de la posibilidad de conflicto por cada medio grado de aumento de la temperatura, lo que nos lleva inmediatamente a preguntarnos si el casi permanente estado de guerra en Oriente Medio durante los últimos años no estará relacionado con este factor, o es simplemente casual, para a continuación interrogarnos cómo será la situación en una España mucho más caliente, más árida, menos productiva, con muchos inmigrantes con dificultades de integración, tal vez con menos solidaridad interregional y todo ello sazonado con epidemias para las que no tendremos suficiente respuesta.
Los mismos autores y Edward Miguel12 han trabajado sobre los aspectos económicos del calor, llegando a la conclusión de que cada grado de aumento supone un grado de disminución en el PIB, a partir de una temperatura media de 13 grados, lo que supondrá una nueva desigualdad en función de cómo afecte el cambio climático a cada país. En los últimos años, España ha estado en el entorno de una temperatura media de 15 grados, lo que nos da unas previsiones poco halagüeñas que se contradicen con que hayamos crecido en PIB por encima de países de temperatura media inferior en estos últimos años.
Volvamos al mar. Un mar que, como ya señalamos, está aumentando de nivel y que provocará innumerables problemas a personas y Gobiernos, pero además un mar del que se alimenta una gran parte de la población humana y que, además de aumentar de nivel y temperatura, también está comenzando a transformarse en composición, debido a las enormes cantidades de dióxido de carbono que atrapa, y que comienza ya a producir sulfuro de hidrógeno ―letal para la vida―, lo que deja diversas zonas como desiertos marinos y, lógicamente, con tendencia a aumentar. En este caso cabe solo apuntar que España es el segundo consumidor mundial de pescado, solo superado por Japón.
Foto 4: El mar, que alimenta a una gran parte de la población humana, está sufriendo importantes transformaciones
Es cierto que la situación que venimos describiendo podemos calificarla como«dantesca» y que los efectos no serán inmediatos, aunque algunos ya los percibimos en nuestro país de manera directa. No podemos hacer predicciones, solo pensar en escenarios probables y, aunque algunos no se produzcan, algunos otros tendrán efectos menores a los previstos, y otros en cambio serán más agudos. El factor temporal, hasta ahora, se está demostrando más virulento de lo que las previsiones más agoreras habían dicho, lo que debería alarmarnos, y es que, como algunos estudios muestran, el humano tarda en reaccionar a los factores estadísticos13. En los propios estudios sobre el cambio, vemos que afectan más aquellos hechos que tocan directamente ―como el precio de los productos básicos, por ejemplo―, y quelos sistemas de gobierno representativo facilitan que el horizonte de los políticos no vaya más allá de lo que marcan los períodos electorales, lo que los hace mirar siempre a corto plazo.
Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Están nuestras Fuerzas Armadas preparadas para este panorama?, ¿debemos empezar una transformación, unarevolución o una simple evolución? Lo que parece estar claro es que lascompetencias que tendrán en el futuro no podrán limitarse a la guerra convencional.
La necesaria adaptación de las Fuerzas Armadas
El marco temporal de las agoreras previsiones que acabamos de relacionar,pero que no toda la comunidad científica comparte, se fija en el siglo xxi en el que estamos, pero sin dejar de lado que, en algunos casos y como el deshielo de los polos muestra, los plazos podrían acortarse14.
Parece razonable imaginar una España más seca, más árida, más calurosa, con menor producción hidráulica y agrícola, entre otros aspectos. Una España más multirracial y multirreligiosa, posiblemente con unas clases menos favorecidas más extensas y apenas clase media. Con masas de poblaciónrecién llegadas y de escasa o nula integración, posiblemente instaladas en zonas de las grandes ciudades que se habrán convertido en guetos raciales o religiosos. Con mayores tensiones sociales de las que ahora nos podemosimaginar y con un Estado estresado al máximo y con pocos recursos económicos para atender a las necesidades sociales en tiempos «normales», no ya en períodos de crisis.
Podríamos pensar que el Ejército del futuro debería tender hacia una especie de gran Unidad Militar de Emergencias (UME). Al fin y al cabo, los recursos de la defensa se emplean de manera exitosa en situaciones que afectan directamente a la seguridad de la ciudadanía. En ningún caso el cambio climático significará una esperanza de desaparición de la guerra convencional;al contrario, el estrés climático fomentará el conflicto, como hemos indicado.Luego, cabe imaginar una UME que conviva con las unidades convencionales del Ejército, pero dimensionada en cantidad y también en especialidades y competencias que deberían ir adaptándose a esas nuevas amenazas, como el cambio climático, que traerá las de tipo biológico.
El episodio del ébola nos dio una muestra de cómo y con qué velocidad este tipo de crisis puede desarrollarse. La Brigada de Sanidad (BRISAN15) tiene unas misiones y capacidades diseñadas para determinadas situaciones, y, llegado el caso, podría verse apoyada por medios humanos con competenciasparamédicas. La evolución no debería acabar en unidades flexibles, adaptables, multitareas y con capacidades avanzadas en todos los campos de las FAS.
El conflicto social, con ese panorama, aguarda a la vuelta de la esquina y unEstado económicamente frágil no podrá atender a todo, tendrá que exprimir y aprovechar los recursos existentes. Las fuerzas y cuerpos de seguridad(FCSE) estarán siempre al límite de sus posibilidades y necesitarán en muchos casos ser apoyados por las FAS con unidades convencionales que contarán con la instrucción y adiestramiento necesarios para llevar a cabo estas misiones.
La instrucción en control de masas ya se ha experimentado en relación con las misiones exteriores, como en Kosovo o Bosnia, pero en esta situación descritaformará parte de la instrucción habitual. El soldado del futuro, que ya es presente, no puede limitarse a una especialidad, será (es) un soldadopolivalente, con especialidades adaptadas a las amenazas que se irán presentando, entre ellas las citadas como posibles. Esta capacitaciónmultitarea lo hará más atractivo para, tras unos años de servicio en el Ejército, pasar a formar parte de las FCSE, cuyos sistemas de reclutamiento tendrán que adaptarse aún más a esta nueva situación.
Foto 5: El Ejército deberá afrontar nuevas situaciones, distintas a las de la guerra convencional
Los ciclos de adiestramiento de las unidades tendrán que tener en cuenta losperíodos en los que estarán a disposición de los compromisos internacionalesde España o en la futura estructura de fuerzas europeas, ya que un futuro sin ellas sería un futuro sin Europa, y otros períodos en los que primaría la instrucción convencional y los ciclos de disponibilidad operativa nacional en los que la disponibilidad para apoyar los esfuerzos de las FCSE en la seguridad interior estaría presente y, por lo tanto, incidiría directamente en la instrucción y adiestramiento.
A modo de breve conclusión
El panorama presentado puede parecer excesivamente dramático pero, por otro lado, efectivamente, existen posiciones e indicios al respecto que apuntan a que el mundo, al tiempo que cambia el modelo energético16, está reaccionando ante el reto y riesgo que el cambio climático representa; no obstante, todo parece indicar que ya es tarde para revertir las previsiones fatídicas que señalamos. El objetivo se centra, por tanto, en detener el avance del cambio climático, más que revertirlo. Esa es la aspiración. La reversión está fuera de nuestro alcance por el momento. Quizá la evolución tecnológica, que progresa exponencialmente, pueda proporcionar respuestas a medio plazo.
El futuro es y siempre ha sido incierto. Desgraciadamente, en la actualidad, parece que todo nos lleva a pensar que la Tierra, por efecto del cambio climático, se está transformando; y en lo que compete a nuestro país, losGobiernos y las FAS tienen la obligación de estar atentas y prever cuáles serán las exigencias futuras para anticiparse en la medida de lo posible a ellas y así estar en situación de responder a las demandas que se presenten.
Las implicaciones que hemos señalado parecen claras, pero no son ni serán las únicas. Algunas de las amenazas señaladas por el Gobierno de España y nuestros socios y aliados, como por ejemplo la ciberseguridad, ya son una realidad ―el ejercicio conjunto llevado a cabo conjuntamente por UE y OTAN el otoño 2017 es una muestra de la sensibilidad de ambas organizaciones por la seguridad en el ciberespacio―, pero ninguna de ellas es tan universal y de consecuencias tan imprevisibles como el cambio climático. Las FAS no pueden«combatir» el cambio climático pero sí ayudar a su control, y particularmentepueden y deben estar preparadas para sus consecuencias.
Foto 6: Las Fuerzas Armadas deben estar preparadas para afrontar las consecuencias del cambio climático
Notas
http://www.dsn.gob.es/es/estrategias-publicaciones/estrategias/estrategia-seguridad-nacional-2017
2https://www.google.es/url?url=https://europa.eu/globalstrategy/sites/globalstrategy/files/eugs_es_version.pdf&rct=j&frm=1&q=&esrc=s&sa=U&ved=0ahUKEwiwkMbPh7nWAhXFPBQKHZZKAGQQFggUMAA&usg=AFQjCNHhDw-1GX4VMhCGf0WzFfOYxHYRNA(página visitada el 22/09/2017)
3 http://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_133169.htm (página visitada el 22/09/2017)
5 http://ecodiario.eleconomista.es/sociedad/noticias/8514695/07/17/El-deshielo-del-permafrost-en-el-artico-libera-metano-a-la-atmosfera.html (página visitada el 22/09/20017)
6 http://www.climatecentral.org/gallery/graphics/the-10-hottest-years-on-record(página visitada el 17/09/2017)
7 http://www.climatechangenews.com/2013/02/25/new-york-could-be-as-hot-as-bahrain-by-2200/
8 Naylor&Battisti. Historical warnings of future food insecurity with unprecedented seasonal heat. Sciencemag.org 2009
9 http://www.bbc.com/earth/story/20170504-there-are-diseases-hidden-in-ice-and-they-are-waking-up (página visitada el 17/09/2017)
10 http://observationalepidemiology.blogspot.com.es/2017/07/david-wallace-wells-autism-and-bad.html (página visitada el 17/09/2017)
11https://www.researchgate.net/publication/256541640_Quantifying_the_Influence_of_Climate_on_Human_Conflict (página visitada el 18/09/2017)
12 http://emiguel.econ.berkeley.edu/research/global-non-linear-effect-of-temperature-on-economic-production (página visitada el 18/09/2017)
13 https://www.brookings.edu/blog/planetpolicy/2017/09/18/why-the-wiring-of-our-brains-makes-it-hard-to-stop-climate
change/?utm_campaign=Brookings%20Brief&utm_source=hs_email&utm_medium=email&utm_content=56448584 (página visitada el 23/09/2017)
14 http://www.climatechangenews.com/2013/08/05/rate-of-climate-change-fastest-in-50-million-years/
16 https://elpais.com/elpais/2017/09/22/ciencia/1506075705_547083.html(página visitada el 24/09/2017)
Bibliografía y fuentes
Brannen P. The Ends of the World. Haper-Collins, New York, june; 2017.
Intergovernmental Panel on Climate Change IPCC [en línea]https://ipcc.ch/home_languages_main_spanish.shtml
https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/r/e/revista_ejercito_928.pdf
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