Disfrutando el fin del verano
H a sido éste un verano agobiante, por el calor, las noticias de los incendios en medio país, y, sobre todo, aquí en Gijón, por la enorme saturación de visitantes que hemos tenido. Nada que ver con lo de otras partes de España, dirán algunos, pero a la que aquí no estamos acostumbrados. Ye lo que hay. Ayer, para desagraviar la estación, junto con un grupo de amigos del golf del que formo parte no hace mucho, tuve ocasión de desquitarme en varios aspectos. Nos fuimos a jugar a Villaviciosa, campo conocido por la yerba autóctona que alfombra –es un decir- sus calles, y, sobre todo, por la rapidez y las inopinadas y traicioneras caídas de sus greenes. Y aunque era amigable, nos jugamos el vermú por parejas y yo tuve el placer de ser pieza primordial para hacer pagar a los otros. Algo notable dada mi precariedad golfística. Mañana para recordar, al menos para mi. Después tomamos la ruta de Oles, allí arriba, entre Tazones y la Venta les Ranes, parroquia donde se ubica un excel...