Allí donde el coronavirus significa esperanza
Los gobiernos de la mayor parte del mundo tienen en este
momento el corazón encogido ante una pandemia que la ciencia no parece capaz de
detener y al que el control social solo logra mitigar en su propagación. Hay algunos,
como el de El Reino Unido, que pretendieron despreciarlo pero que rápidamente
han tenido, tienen, que adoptar la táctica de la mayoría, el acuartelamiento.
Sin embargo aún existen otros, dictaduras anacrónicas, en los que se pretende
cabalgar el tigre como si a él, de la misma forma que hacen con su población,
pudiesen aherrojarlo con el miedo y la policía. No es así y la bestia acabará
por devorarlos.
Estamos viendo en Europa cómo el retardo en aplicar medidas
está siendo pagado con la saturación de las UCI,s y con ello la muerte de más
enfermos de los que se hubiesen producido con una respuesta rápida, a la china,
o mejor aún, a la coreana. En el otro extremo seguimos teniendo a las
dictaduras hispanoamericanas, pocas en número pero despiadadas con sus
ciudadanos. Hablamos de nuevo de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Siempre Cuba, la
Cuba castrista, la Cuba de Raúl.
En la isla, por no tener, no tienen ni agua. La epidemia
llega en un año de gran sequía y el principal pantano proveedor de agua de la
capital está al 20% lo que hace que haya barrios en los que solo mana el agua
de los grifos cada tres días y durante un breve espacio de tiempo ¡como para
lavarse de continuo las manos¡ Los salideros, ese curioso nombre habanero para
los escapes de aguas fecales son reconocibles por el ataque repentino al olfato
cuando caminas por la Habana Vieja. Asepsia en estado puro.
Hablar de escasez de materiales para los hospitales o del
estado de los propios hospitales cubanos es sin duda un escarnio, pero las
autoridades cubanas siguen en su política de negar lo evidente. La peor crisis
alemana desde la Segunda Guerra Mundial, según la canciller Merkel, no afecta
apenas a la isla, que declara sólo una
docena de infectados. En los medios de información oficial se critica a los
países europeos como ejemplo negativo de respuesta a la crisis y se elogia como
ejemplar el modelo propio y de sus colegas totalitarios. Demencial.
Pero, pese a que la población cubana es la más anciana del
hemisferio y el Coronavirus actuará como si fuese la tercera de las Parcas
armada de guadaña en las superpobladas cuarterías habaneras, hay en la isla
mucha gente que contempla la situación esperanzada pues, por más que se
atrincheren en sus mansiones, la elevada edad de la dirigencia castrista de la
isla, empezando por Raúl Castro y sus 88 años, los hará desaparecer y así es
probable que Cuba, finalmente, logre la libertad.
Raúl Suevos
A 19 de marzo de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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