En busca del hombre íntegro
Supongo que los melillitas aún conocen la historia, pero no
el resto de España. Estamos en 1893, aún ni se había perdido Cuba y a las
afueras de Melilla, en Cabrerizas Altas, un destacamento queda cercado por los
moros; aquí lo políticamente correcto es escribir enemigo pero la realidad es
que eran moros; muere el general al mando y la única solución es enviar un
enlace a pedir socorro a la posición de Rostrogordo, a un kilometro y pico bajo
fuego directo. Se presentan un capitán de Estado Mayor y su caballo, Príncipe,
que entre descargas de fusilería llegan al otro lado y descubren que los moros
han cortado el cable telegráfico y también cercado esta posición. Sólo queda
intentar llegar a Melilla, a 3000 metros con todo el camino ante las líneas y
el fuego de los moros. De nuevo el capitán Juan Picasso, que así se llamaba, y
su caballo galopan bajo el zumbido de las balas enemigas y las aclamaciones de
sus compatriotas para, por fin, llegar a la ciudad y lograr el auxilio para sus
compañeros.
El capitán Picasso recibiría por esta gesta la Medalla
Laureada de San Fernando, la máxima condecoración del Ejército Español y yo
hace tiempo que creo que Kevin Costner se inspiró en esta historia para la
inolvidable escena del inicio de “Bailando con lobos”, la oscarizada película
que dirigió y protagonizó. Después PIcasso seguiría su carrera militar,
alcanzando el generalato y siempre manteniendo una reconocida fama de
integridad personal, tanta que, en 1919, propuesto por Romanones para Ministro
de la Guerra rehusó pues prefería “seguir siendo un militar honrado”.
Pasaría a la historia, sin embargo, porque en agosto de 1921,
tras el trágico Desastre de Anual, se le nombra por Real Orden para que redacte
un informe, el demoledor Informe Picasso, que presenta en abril de 1923 y que
muchos consideran una de las razones de la caída de la monarquía. El informe,
con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera, dormiría largos años en los
archivos y Picasso, ya Teniente General, moriría en 1935 con la discreción que
caracterizó su vida.
Estamos ahora con el Desastre del Coronavirus. España es
líder mundial en muertos por millón de habitantes, la laminación de ancianos es
algo tan pavoroso que, si aún hay decencia, las siguientes generaciones
deberemos avergonzarnos en lo que nos quede, a políticos y prensa ni eso les
alcanza; sólo se salva el personal sanitario cuyo sacrificio y abnegación
admira a todo el país, salvo al gobierno quizás. Por todo ello, me parece a mí
que, en semejante ocasión, cumple buscar un hombre integro, alejado de los
intereses políticos y por lo tanto independiente que, respaldado por una ley,
redacte un informe de la misma profundidad que el del General Picasso.
Un empeño verdaderamente difícil esta busqueda en estos
tiempos de mediocridad aunque, ante el riesgo de descubrir que ya no los hay,
yo me atrevo a proponer al recientemente cesado Jefe del Estado Mayor de la
Defensa, el General Fernando Alejandre, que por trayectoria personal e
institucional parece apropiado para el encargo. Ellos, los políticos, las élites
extractoras que nos dirigen, se pondrán probablemente de acuerdo, en ese
Palacio donde en la actualidad se secuestra la soberanía de los ciudadanos,
para vendernos una Comisión investigadora que se alargue en el tiempo y acabe
evacuando unas conclusiones que no dañen la imagen de los partidos políticos,
nuestros verdaderos dueños; y entonces, señoras y señores, tendremos, una vez
más, la prueba de que no somos ciudadanos sino de nuevo súbditos. Es lo que
hay.
Raúl Suevos
A 9 de abril de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot
Imaginativa e interesante propuesta. No sólo por ser una idea que ventilaria los maloliente salones de la política. También por la persona elegida por ti para llevarla a cabo.
ReplyDeleteLuis Baile