En torno a Europa

Se habla mucho de Europa en estos días de tribulación, un poco como de Santa Bárbara cuando truena. Los truenos son coronavirus y, en algunos lugares entre ellos y especialmente España, se espera que la santa Europa nos defienda de ellos mediante esos, ya famosos antes de su hipotético nacimiento, eurobonos.
En España nos fuimos alejando de Europa con el crepúsculo del Imperio. A mí, por aquello de la vena militar, me gusta datarlo en Rocroi, en 1643, cuando los franceses destrozaron a nuestros Tercios y, más importante, hicieron que nuestras tácticas militares quedasen obsoletas, aunque cuando aquello llegó nuestro paradigma económico-político había sido ya superado. Desde entonces casi todo fueron penas y temores, y no sé si aún estamos en ello.
A finales del XIX, con el Krausismo, y después con la Institución libre de enseñanza primero y con la Junta de ampliación de estudios ya en el siglo XX, pareciera que de nuevo mirábamos a Europa sin necesidad de que viniesen unos ilustrados a imponerla. Será Ortega y Gasset uno de los grandes campeones de este abrirse a Europa.
Ortega, que inicialmente se inclinaba hacia la cultura francesa , acabó su formación en Alemania, primero en Leipzig y después en Berlín. Su “Europa y la idea de nación” bebe de sus circunstancias europeas; aunque no pasó por Friburgo y con ello perdió la oportunidad de conocer a Max Weber, autor de una obra fundamental para comprender parte de lo que sucede estos días con Santa Bárbara, quiero decir, con Europa. “Capitalismo y protestantismo” explica muchos de esos recelos entre el septentrión protestante y el catolicismo meridional. 
Los nórdicos, generalizo para no señalar con el dedo, llevan encima el sello de Lutero y con él la búsqueda de la gloria de Dios, que hay que trabajar en el día a día mediante la disciplina ciudadana y, también, la austeridad. Se lo toman tan a pecho que una de sus iglesias, muy extendida en los USA, es la metodista que, como su propio nombre indica, desarrolló un método para alcanzar la salvación. Aquí abajo es distinto.
En el sur no necesitamos esforzarnos tanto, con un buen espíritu de contrición y tres padrenuestros podemos solucionar el problema; hasta la próxima. Y claro, este diferente enfoque nos lleva a ser menos profundos, o lo que es lo mismo, más superficiales. Alguno diría que somos unos vivalavirgen, descripción que pudiera parecer graciosa pero que en el norte no produce ni media sonrisa. Y siguen los truenos.
En el caso español ya han empezado las veladas, y no tanto, recriminaciones a la egoísta Europa que, atenazada por el veto de los luteranos, y menos mal que se han ido los anglicanos, busca soluciones que no socialicen la deuda de los alegres sureños, o mejor sudistas en este caso. A mí, con un gobierno sociocomunista en casa, me parece arriesgado soltar caudales a la ligera; fondos que equivaldrían a subsidios y nacionalizaciones sin control, pero que podrían asentar nuevas políticas a medio plazo, por ello creo que Europa, que algo debe hacer con sentido de solidaridad, tiene que encontrar una solución que no de barra libre a gobiernos poco rigurosos pero que, al mismo tiempo, envíe una clara señal de que la idea de Europa se sustenta en verdaderas acciones cuando llegan los tiempos de tribulación, de lo contrario estaremos sembrando el terreno para que crezcan populismos y nacionalismos, y eso no es bueno ni para Europa ni para nosotros.
En lo militar hace tiempo que los europeos nos esforzamos por hermanarnos y la Defensa europea intenta crecer y construir más Europa pero no acaba de despegar. Los caídos en misiones internacionales siguen acogiéndose como nacionales, en cada país con su particular idiosincrasia y sin que la bandera europea las cubra https://www.academia.edu/39721245/La_mutualizaci%C3%B3n_de_las_bajas_en_combate_un_pilar_a%C3%BAn_por_construir_en_La_Defensa_Europea . El coronavirus no discrimina y mata europeos sin adscripción particular pero es más que probable que los supervivientes agradeciesen el calor del abrazo europeo. A ver qué ocurre.
Raúl Suevos
A 13 de abril de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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