La Gran evasión
En 1944 un grupo de oficiales aliados intentó escapar de un
campo de prisioneros del Ejército alemán. Tuvieron poco éxito puesto que la mayoría fueron
capturados o fusilados sobre la marcha pero su acción fue base para una de las
mejores películas de guerra de los años 60, la Gran evasión.
Una gran historia, un gran reparto y adecuados medios de
producción, con un protagonista sobresaliente, Steve Mcqueen, que nos da las
mejores escenas en una gran persecución en moto sobre una Triump inglesa
disfrazada de BMW de la Wermacht alemana. De aquel campo todos querían escapar,
siempre es una obligación para los prisioneros de guerra pero, al sur del
Sahara, hay un campo de prisioneros gigantesco del que millones de jóvenes llevan
años intentando escapar y ahora, con la pandemia, es muy posible que las cifras
se multipliquen.
En África campan en este momento los cuatro Jinetes del apocalipsis.
El hambrem de la mano del cambio climático, lleva ya muchos años, recordemos las campañas humanitarias puntuales
que en occidente se han desarrollado, pero ahora, a la casi permanente sequía
se une una plaga de langosta en los países del este que supera a las que Jehová
envió sobre Egipto. La guerra no da tregua tampoco; todo el Sahel hierve de
yihadismo, alcanzando a Nigeria y en la última semana también a Mozambique; el
Congo lleva años de guerra civil, y todo eso al sur del Sahara porque al norte
asistimos a la mayor carrera armamentística desde el acceso a la independencia
de esos países. Sigue el jinete de la muerte, siempre presente de una u otra
forma en África, que ahora cabalga en el coronavirus de forma solapada pues
allí, al sur del gran desierto, el tejido sanitario es muy débil o simplemente
inexistente, pero que también llevará la desolación en su grupa hasta todos
esos países. Por último encontramos al caballero de la victoria para unos, o de
la esperanza para muchos, ese también cabalga en su caballo blanco con los
otros, y en África todos le miran, sobre todo los jóvenes.
En gran parte de los países africanos la economía informal es
la que da de comer a la mayor parte de la población. Hay países, como Benín,
que viven casi exclusivamente del contrabando, y que, a medida que los
gobiernos decreten medidas de confinamiento, verán multiplicarse el efecto del
hambre entre sus gentes. Será el momento del jinete de la esperanza que para
Mcqueen estaba tras las alambradas de la frontera suiza y para ellos al otro
lado de Gibraltar o en las playas de Pantelería y Malta.
Tombuctú, Gao, Tamanraset, Agadez, son hitos en el camino
hacia el norte, hacia ese mar de arena que traga muchas más vidas que el Mediterráneo
cada año y al que llegan esos jóvenes a lomos del jinete blanco, huyendo de los
otros tres. Lugares donde espera el jinete de la guerra yihadista al que no
detienen las operaciones internacionales, y no bastará con decirles que aquí
estamos muy mal tras el coronavirus, seguirá siendo su esperanza. Es lo que
hay.
Raúl Suevos
A 2 de abril de 2020
Versión en asturiano en repdiv.blogspot.com
Relacionado con este asunto https://www.academia.edu/37086957/Amenazas_cambio_clim%C3%A1tico_y_la_necesaria_adaptaci%C3%B3n_de_las_Fuerzas_Armadas
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