Trileros con la salud
Le dicen trileros a los individuos que llevan a cabo el juego
del tril en cualquier esquina concurrida y poco vigilada de nuestras ciudades;
es toda una tradición en la picaresca española y consiste en tres vasitos de
plástico o medias cáscaras bajo las que se esconde una bolita de cualquier
material, incluso de papel, que el “artista” cambia de lugar con pasmosa velocidad;
el juego consiste en acertar y las apuestas dependerán del ambiente de la
timba.
La clave de la estafa está en el hecho de que la bolita se
escamotea durante el movimiento de forma que el “pringao” sólo acierta en los
primeros envites, siendo estafado siempre al final del juego. El equipo lo
forma el que mueve los copos y un número variable de ganchos que animan a los
adecuados pichones a entrar en el juego y, por supuesto, completan el cuadro
estos últimos, los incautos que se dejarán sus dineros en las apuestas. Pese a
su antigüedad sigue teniendo éxito y la genta sigue cayendo en la trampa del
juego de manos.
A los españoles, con esto del coronavirus, nos han metido en
el juego del tril sin ni siquiera acercarnos. No hay forma de saber dónde se
encuentra la bolita, nos la escamotean constantemente y me temo que, cuando
esto pase, ni la Guardia Civil será capaz de encontrarla. Por supuesto, la
bolita es la información sobre el covid; que al principio no era más que una
gripe un poco fuerte; que después no necesitaba máscara, más tarde sí y ahora
depende.
Los muertos son dudosos, unos días más, otros se cambia el sistema
de conteo, los franceses contaban mal, ahora resulta que nosotros también, en
Nueva York se ven fosas comunes, aquí los ataúdes son secreto de estado, pero
seguimos siendo campeones mundiales en muertos por millón aún con cifras
dudosas. Todo es confusión en relación con la información relativa al caso, y,
en el colmo de la confusión una agencia gubernamental lanza un globo sonda
sobre la posibilidad de dejar sólo la información oficial ¿Y no produce
escándalo!
La función de gancho en esta estafa con drama parece
corresponderle a la prensa, que a nivel empresarial parece definirse con la
subvención estatal recibida, como en Venezuela, y a nivel individual con las
ausencias en la lista del manifiesto de periodistas contra las ruedas de prensa
dirigidas, grandes nombres de grandes cabeceras. Es la prensa la que se
esfuerza por mostrar e interpretar datos positivos cada día, acogiendo sin
rechistar las promesas para “los próximos días” de los portavoces del gobierno.
¿Dónde quedaron los trajes de luto?
Quedan como broche final las denuncias del PSOE y Podemos
contra VOX por, supuestamente, la difusión de bulos en las redes, asunto que,
con independencia de las bases de las mismas, no creo que tengan mucho
recorrido judicial, aunque con la independiente fiscal general nunca se sabe.
Si que quedará poso en relación con la intención de amedrentar a un rival
político con la denostada judicialización de la política, la misma que ellos
mismos condenaban no hace mucho.
Al final solo queda recordar a los otros protagonistas, los
pardillos, nosotros, la ciudadanía intoxicada y adormecida por informaciones
parciales o interesadas, si no simplemente manipuladas. Y el que mueve los
copos con la bolita sigue regodeándose en pantalla cada fin de semana ¡Qué
barbaridad! Quizás, en lugar de eurobonos debiéramos temer que nos expulsen de
Europa, por inútiles.
Raúl Suevos
A 18 de abril de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
Buen diagnóstico, Raúl. Un abrazo
ReplyDeleteLuis