Hierve el Mar de la China Meridional
El Mar de la China Meridional es más grande que todo el
subcontinente indio y lleva ya unos cuantos años bastante caliente, pero estos
últimos días está que hierve, y esto no sucede por el avance del cambio
climático. En la zona norte se encuentran las islas Paracelso cuya soberanía
disputan China, Taiwán y Vietnam; allí los chinos han hundido un pesquero
vietnamita no hace mucho; en el sur tenemos a las islas Spratly en discusión
por las mismas naciones, a las que se añaden Malasia, Brunei y Filipinas; allí
también los chinos han hundido un pesquero filipino. Son maneras de matón de
barrio.
La política china en el área la define un arrecife coralino,
el Fiery Cross Reef que debe el nombre a un barco hundido allí hace ya
bastantes años, donde hizo pie con la disculpa de una autorización de NNUU para
un observatorio sobre el Cambio climático. El tal observatorio cuenta ahora con
una pista aérea de 3000 metros, hangares protegidos, radares y baterías de
misiles. Su último gesto ha consistido en “enganchar” con uno de los radares a
un barco de la Armada filipina, es decir, el paso previo antes de abrir fuego,
lo que comporta una acción muy poco amistosa que Filipinas ha contestado con una
protesta diplomática.
Las ambiciones chinas en relación con su estatus de gran
potencia ya son bastante difíciles de ocultar; hasta ahora ha procurado llevar
un política basada en la diplomacia económica, sus inversiones a lo largo del mundo, casi siempre buscando
las materias primas que alimenten la voracidad de sus industrias, la obligan a
asegurar sus líneas de aprovisionamiento, entre ellas especialmente las
marítimas. Estas necesidades son las que justifican el gran incremento de las
inversiones de estos últimos años en la armada china y también su política
invasiva en el Mar de la China.
Los EEUU han mantenido, desde la Segunda Guerra Mundial y
hasta la presidencia Obama, una política de acuerdos con muchos socios en el
Lejano Oriente que se ha visto en peligro con la llegada del señor Trump y su
política aislacionista, y que China no ha dudado en aprovechar para seguir con
sus avances por la vía de los hechos; muchos de los países afectados dependen
hoy, económicamente, más de China que de los EEUU y la actual política de
contención que parecen desarrollar estos, recordando otros casos históricos, no
parecen ser una buena promesa de futuro.
La crisis del
coronavirus tiene y tendrá muy entretenido al mundo pero China es lo
suficientemente vieja, grande y potente como para seguir adelante con sus
planes y en el gran juego geopolítico las acciones poco meditadas pueden
resultar peligrosas pero las inacciones –la falta de respuesta de los
EEUU- pueden llegar a ser mucho más dañinas, como ya le sucediera a Neville Chamberlain y su
política de contención.
EEUU- pueden llegar a ser mucho más dañinas, como ya le sucediera a Neville Chamberlain y su
política de contención.
Raúl Suevos
A 2 de mayo de 2020
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