Colón y la Corona
Como en ocasiones anteriores un suceso puntual, la muerte de
un hombre negro a manos de la policía en este caso, ha desatado un pandemónium
de disturbios sociales en medio mundo, especialmente en los EEUU, donde todo
comenzó. Las cifras de actuaciones policiales en aquel país sobre las
diferentes minorías que en él se desenvuelven muestran claramente que tienen un
problema profundo aún por resolver; problema que, desde China, miran con
delectación.
La Guerra de Secesión entre un sur agrícola y un norte
industrial se justificó como una cuestión relacionada con la esclavitud aunque
después las relaciones sociales apenas cambiaron. En la época de los hermanos
Kennedy, con el auge de la televisión de por medio, volvieron los problemas y
disturbios a la primera plana y, desde entonces, asistimos a ciclos de
represión sobre las minorías seguidos de estallidos de violencia en las calles;
y no nos engañemos, es difícil que, por ahora, la espiral se detenga.
En los últimos tiempos, además de los tradicionales asaltos a
comercios de todo tipo también parece llegado el tiempo del derribo de
estatuas. A Junípero Serra ya le dieron lo suyo en California; esta vez van a
por Colón, también un racista y esclavista dicen. En Inglaterra hasta a Winston
Churchil han tenido que proteger. Nadie que este sobre un pedestal parece estar
a salvo de estos nuevos Comités de salud pública.
Lo de las estatuas impresiona porque queda muy dramático en
los telediarios pero peor es el acoso a enseñantes políticamente incorrectos
para estos nuevos robespierres que pueden llegar a hacer doblar el brazo a
prestigiosos centros de enseñanza con cientos de años de existencia. La
libertad de cátedra comienza a estar en entredicho a golpe de escrache
estudiantil y las rectorías claudican ante el empuje de estos nuevos puritanos.
Me temo que la ilustración en Occidente está en peligro acosada por minorías
radicales y no veo actitud ni coraje para llevar a la hoguera a estos
Savonarolas de medio pelo.
Colón no fue más que un peón de una Corona española que en
aquel momento construía el más avanzado sistema de gobierno de la época. La
Reina Católica creyó en el proyecto y lo impregnó de espíritu evangelizador; la
acción de la Iglesia fue fundamental y a ello se debe el catolicismo en
América, pero también las 23 universidades que fundó allí España, más que todo
el resto de potencias juntas. A Isabel se deben las Leyes de Indias protectoras
de los indígenas como súbditos de la Corona y prohibiendo su esclavitud; el
primer tratado sobre derechos humanos para cualquier observador objetivo. Leyes
que serían refrendadas años más tarde, en tiempos del Emperador, en la
Controversia de Valladolid, sin duda el primer congreso sobre derechos humanos
celebrado en el mundo.
Los españoles, un puñado apenas, solo pudieron conquistar y
construir un imperio desde la sabiduría para lograr el apoyo de millones de
almas, las mismas que estaban subyugadas por las élites depredadoras aztecas o
incas. Con lo españoles los impuestos en grano y trabajo personal eran menores
y el Dios que traían era más indulgente. Con la independencia de las nuevas
repúblicas los pueblos indígenas quedaron desprotegidos y algunos llegaron a
desparecer, corriendo el mismo destino que aquellos que cayeron bajo del
dominio anglosajón.
Que sigan derribando estatuas, no con ello resolverán el
problema.
Raúl Suevos
A 14 de junio de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
Muy bien defendida la hispanidad. Enhorabuena
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