Butafuori en la Playa de San Lorenzo


Los locales de ocio nocturno tienen entre sus asalariados a unos personajes, grandes como armarios y generalmente trajeados de oscuro que con su sola presencia, actitud amenazante o, llegado el caso, la utilización de su ingente masa corporal, se encargan de impedir el paso a quienes no alcanzan el estándar de prestancia personal que el local exige o, simplemente, les entran por el ojo izquierdo. Dentro de estas importantes responsabilidades también está la de echar fuera del negocio a borrachos, pesados o alborotadores.
En Italia, cuya cultura ya era vieja cuando el resto de europeos empezaba a ser consciente de lo que eso significaba, tienen un especial gracejo para dar nombre a algunas de las modernas procesiones que van apareciendo en nuestro discurrir de urbanitas. A los manteros allí les dicen “vucumpra” porque eso, precisamente, ¿vuoi cumprare?, ¿quieres comprar? Es la frase que utilizan para iniciar esa peculiar relación comercial. A los que echan fuera de las discotecas, buttare fuori, echar fuera, les dicen eso, butafuori. Es una lengua, la italiana, práctica y sencilla.
Hoy, paseando la playa por aquello que mi madre decía, que los baños de mar son buenos para la circulación aunque sólo se mojen las piernas, he tenido ocasión de ver un espectáculo insólito. A la altura de la Escalerona, los controladores de aforo, uniformados con sus chalecos reflectantes y su “sereno” a la espalda –supongo que herencia municipal de alguna previa operación fallida- iban pidiendo al personal que, debido a la subida de la marea y el consiguiente aumento de la densidad personal en la zona, abandonasen el lugar.
El aspecto extraordinario del acontecimiento es que todo el mundo recogía sus pertenencias y mansamente se dirigía hacia esa maravilla del art decó gijones que representa la entrañable Escalerona. Unan lo anterior con el uso masivo de la mascarilla, potenciado en algún caso por la presencia de la policía municipal sin duda; el excelente control que la Sanidad asturiana está llevando con los contagios del covid que hoy dan 17 contagiados y setenta y tantos controlados relacionados con los anteriores, y llegaremos a la conclusión de que quizás somos una sociedad moderadamente responsable. Afortunadamente.
Tiene Asturias ante sí la más formidable oportunidad de posicionar su marca en el mundo. Si logramos mantener a raya al virus, como hasta ahora, se hablará mucho y bien de la región, lo que sin duda nos aportará crecimiento turístico en años venideros pero, mucho más importante, nos presentará ante el mundo como un buen lugar para invertir, pues los capitales buscan, ante todo, sociedades formadas y responsables, lo que reflejamos hoy. No lo estropeemos.
Raúl Suevos
A 23 de julio de 2020
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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