El triunfo de los urbanitas

 

El año del virus, ahora también de Filomena, se quedará marcado en nuestra memoria como antes sucediera con otros grandes sucesos, la muerte de Kennedy, el asalto al Congreso, etc. En este caso es probable que su impronta sea más duradera por aquello de la extensión temporal de esta plaga que nada tiene que envidiar a las de la Biblia. Aunque es probable que, para los más, algunos detalles pasen desapercibidos.

Uno de los libros más traducidos y estudiados del siglo XX fue la rebelión de las masas, en él, el filósofo Ortega y Gasset daba cuenta del proceso de emancipación de las masas ciudadanas respecto de las élites que, hasta entonces, habían dirigido los destinos de las naciones de forma natural. Desde entonces este proceso solo se ha visto matizado por el desarrollo de nuevos modos de comunicación social; la radio, la televisión, internet, y hoy las maravillosas para unos, diabólicas para otros, redes sociales. Ahora, para apoderarse de la voluntad de las masas, hasta algoritmos se utilizan.

Las masas son números, son votantes y, en esa matemática, no todos los factores son iguales. La ley d’Hondt y el reparto de escaños de un lado, y los efectos sobre la economía de otro, hacen que las ciudades marquen el ritmo vital de las naciones, de la nuestra particularmente. La gran ciudad merece toda la atención, a los pueblos ya llegaremos, cuando se pueda.

La nieve ha puesto a cada uno en su sitio. Madrid, gran damnificada pese a los reiterados avisos de todos los meteorólogos del país, concitó toda la atención de la prensa y de los servicios de ayuda. El Ejército se ha volcado en su auxilio, después de que la ciudadanía apelmazase la nieve con sus pisadas convirtiéndola en hielo duro. Ha sido un torrente de noticias que casi nos desborda. Mientras tanto, cientos de pueblos del norte de España, mayoritariamente habitados por ancianos, han quedado aislados, en algunos casos sin fluido eléctrico, a la espera de que escampe y salga el sol. Como siempre, sin rechistar.

Desde hace unos días ya no será posible cazar en los parques nacionales, lo que supondrá un nuevo recorte de puestos de trabajo en algunos pueblos. El toro, cada vez más acorralado, hará las dehesas antieconómicas. La protección del lobo, arruina al pequeño ganadero. Todas son normativas influenciadas por el poder de la masa urbanita, todas favorecen el abandono del campo, de los pueblos de España.

El plan de extensión de la fibra óptica en Asturias para el 2021 no recoge acciones en los concejos del suroccidente, están muy alejados y no tienen masa crítica. Terreno para el oso, y para excursiones de urbanitas    

Raúl Suevos

A 12 de enero de 2021

Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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