De mayor quiero ser ujier
Cantaba la admirada Concha Velasco aquello de “Mamá quiero
ser artista” en la exitosa comedia musical del mismo nombre, mediados los
ochenta. Un libreto que daba cuenta de los esfuerzos de una chica provinciana
para triunfar en los escenarios de la capital. Algo que, según la artista, se
asemejaba en parte a lo que había sido su trayectoria vital y profesional desde
sus inicios en la castellana Valladolid.
Concha Velasco cuenta con la admiración de varias generaciones
de españoles en su faceta profesional y, sin duda, también con el respeto en
cuanto a su vivencia personal, pero hoy, retirada de los escenarios, no parece
que se desenvuelva en la opulencia económica, tampoco en la indigencia, es
probable que simplemente subsista con dignidad, aunque si volviese la vista
atrás quizás encontrase soluciones vitales más rentables y menos arriesgadas.
En Cataluña una de las mejores carreras parece ser la de
ujier, aquello que antes, creo, se llamaba bedel, aunque dada mi ignorancia es
posible que la diferencia se encuentre sólo en el uniforme. Los primeros suelen
portar atuendos profesionales que, ocasionalmente, como los del Congreso de
diputados en las sesiones de gala, es fácil tomarlos por altos oficiales de la
Armada. Los bedeles, contrariamente, al menos en el viejo Instituto Jovellanos,
solían llevar una simple bata, aunque después, dicen, fueron eliminadas por ser
discriminatorias y quedaron para las señoras de la limpieza.
En el Parlamento catalán, además de portar uniforme, cobran
un pastón, y aunque he intentado ver si llevar el vaso de agua al orador de
turno requiere una técnica más elaborada que la de Faustino, el que me escancia
la sidra toda las tardes en la sidrería de mi barrio, no alcanzo a vislumbrar
esos matices, que debe haberlos puesto que si no no puedo comprender como se
puede cobrar 4000 euros. 4000 eurazos, ¡oiga¡
Y es que, como las familias políticas independentistas están
a la greña, además de ponerse directamente a parir entre ellas, empiezan a
aparecer informaciones, antes selladas por la “omertá” de esa mafia, como la
relativa a la situación que permite a algunos funcionarios irse a casa cobrando
el sueldo integro los cinco últimos años. Es ahí donde se contemplan esos
“modestos” 4000 euros y hasta los 10000 de los más altos cargos. Como el asunto
se blindó mediante ley, los que lo cobran no dejarán de hacerlo, sólo cabe
cortarlo a los aspirantes que, no produciendo vacante los ya idos, cubrían el
trabajo que a estos correspondía. Estarán contentos.
No sé si Concha hubiese preferido ser ujier pero tengo que
preguntarle a mi primo, prejubilado en su momento de la mina, qué es lo que
piensa.
Raúl Suevos
A 22 de enero de 2022
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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