El enemigo convencional

 


En el plan de estudios que “disfruté” en la Academia General Militar había algunas joyas de declarado interés, otras no tanto, aunque eso pasa en todos los sistemas de enseñanza. Ese gran sujeto de la atención del alumno era la asignatura de El Enemigo Convencional, es decir, en aquella época, ya lejana, el Pacto de Varsovia.

No éramos aún miembros del Tratado Atlántico, la OTAN, pero a nadie se le escapaba que, en caso de conflicto mayor, nosotros desplegaríamos sin duda del lado occidental y, por lo tanto, tendríamos enfrente a los ejércitos rusos y sus aliados. Con estas premisas, aquel libro era uno de los que más lecturas recibía. Más tarde, el devenir profesional y las vicisitudes europeas, sobre todo a partir de 1989, hicieron que aquello sólo fuese un recuerdo de estudiante.

Con todo, y pese a los años transcurridos, un aspecto permanece claro, su táctica consiste en amasar la mayor capacidad de fuego posible, aviación, misiles y artillería para laminar las defensas del enemigo, en este caso las ucranianas, antes de lanzar las formaciones acorazadas con acompañamiento de infantería sobre los maltrechos defensores. En Kiev parece que se preparan para esta situación, pero con algunas variantes de enorme importancia en mi opinión.

El cierre sobre la ciudad se está produciendo con enorme lentitud debida a la acción ucraniana y los errores propios; las acciones de fuego han sido principalmente a cargo de los misiles pero en las últimas horas ya se observa un aumento de la acción artillera, seguramente porque, pese a esa lenta aproximación, ya algunas están entrando en posición sobre la ciudad, por el este y por el oeste.

Según algunas informaciones ya se perciben en las líneas rusas elementos pertenecientes a los Spetnatz –operaciones especiales- , Rosgvuard –Tropas federales profesionales independientes del ministerio de defensa, y, también tropas chechenas del señor de la guerra Kadirov, de negra fama y que, con independencia de su mayor o menor importancia llegado el tiempo del combate de infantería, cumplen una misión de propaganda muy similar a la que los británicos le dieron a su Regimiento Gurka, desplegado en las Islas Malvinas hace 40 años y que, a la hora de la verdad, apenas tuvieron importancia alguna en los combates directos que corrieron a cargo de las fuerzas especiales británicas.

Este es el aspecto que no nos explicaba el Enemigo convencional, el combate en población, en el que las masas acorazadas no sirven de mucho; lo descubrieron sangrientamente los yanquis recientemente en las dos batallas de Faluya, en Iraq, y esas imágenes es probable que conduzcan a los rusos a una preparación artillera de las que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. Después llegará el combate calle a calle, casa a casa, cuerpo a cuerpo.

 Raúl Suevos

A 9 de marzo de 2022

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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