Los muertos rusos tienen los ojos rasgados
En los inicios de la invasión de Ucrania, uno que es curioso
y tiene un poco de deformación profesional, me intrigaba el hecho de que los
soldados que marchaban subidos sobre los carros y transportes blindados rusos
tuviesen, en su mayoría, los ojos rasgados; aunque lo confieso, no le di mayor
importancia en su momento.
Hoy me llega un mapa interactivo de una fuente de telegram,
cuya fiabilidad desconozco, pechalbeda200, en la que se muestra el origen
regional o provincial de los muertos en la campaña ucraniana por parte rusa, y
la colorida muestra parece tener un buen respaldo en la lógica del país y de
sus fuerzas armadas.
El Ejército ruso actual, antes rojo, después soviético, se
nutre de dos tipos de reclutas. Los de reemplazo obligatorio, nuestra
tradicional mili, que como ocurría en España en los últimos años de su
existencia, saca la mayoría de sus jóvenes soldados del medio rural, con
poblaciones pequeñas donde las argucias para evitar el servicio tienen mala
prensa y el nivel de estudios, que alimenta las prórrogas, es inferior al de
las grandes ciudades.
El otro tipo de soldado es profesional, mediante contratos de
distinto tipo y que también recluta la mayoría en las lejanas provincias de
oriente y el Caucaso por motivos similares a los del servicio obligatorio, a los que cabría
añadir que la exigua renta económica de esas regiones lleva a que sus jóvenes,
como ha ocurrido siempre a lo largo de la historia y en todas las partes del
mundo, sean más proclives a buscar una mejora social a través de la carrera de
las armas. Ye lo que hay.
El resultado es ese mapa de expresivos colores en el que
resulta especialmente llamativa la situación de las provincias de Moscú y San
Petersburgo, las dos grandes capitales rusas, con la menor tasa de bajas de
combate en la invasión de Ucrania pese a ser las regiones en las que, se
supone, la presión de los medios de comunicación, y de la propia clase
política, sería más potente y, por lo tanto, supuestamente más eficaz.
De lo anterior cabe deducir que en Rusia todo el que tiene
medios económicos o informativos procura escaquearse del Ejército; una
organización que siempre ha tenido mala fama en relación con el maltrato de los
reclutas pero que hoy, superando en tres meses las bajas de combate del
Ejército soviético en nueve años de despliegue sangriento en Afganistán, se ha
convertido en la mejor razón para que los jóvenes que tengan posibilidad
emigren de Rusia.
Putin es un gran problema para Occidente pero lo es aún mayor
para su gente.
Raúl Suevos
A 24 de mayo de 2022
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