Margarita tiene argumentario
Durante un tiempo me tocó desempeñarme como jefe de
información pública de un organismo multinacional, importante por su
significado pero modesto por sus dimensiones y presupuesto. Tan modesto que
había que espabilarse para “vender” el producto ya que no era habitual que
nadie viniese a picar a nuestra puerta. Nuestra política de comunicación era
proactiva, para ver si pescábamos algo.
Cuando lográbamos una entrevista para el señorito –todas las
organizaciones tienen un señorito- teníamos que andar finos y prepararla a
conciencia y en ello, la parte final, era la confección de un argumentario
ad-hoc en función del medio y el momento de la actualidad. El objetivo era que
el jefe quedase bien y que la imagen de la organización saliese reforzada. No
había muchas oportunidades.
Ese argumentario implicaba, entre otros elementos, una serie
de mensajes y de ideas que buscaban trasmitir la trascendencia de nuestra mera
existencia, la necesidad de seguir creciendo, la importancia que para Europa
tenía el concepto y, sobre todo, lo bien preparados que estábamos. Era este
argumentario, quizás, el producto más importante de la oficina de comunicación.
En la alta política, alta por la altura en el organigrama del
estado, se cuenta con más medios, especialmente los económicos, que hacen que,
por poner un ejemplo, al doctor Sánchez se las ponga como a Felipe II, que se
decía en tiempos no muy lejanos. Son las ayudas empresariales y los gastos de
publicidad gubernamental que convierten el argumentario en innecesario. Cosas
de la Secretaria de estado de comunicación.
El trabajo de detalle, en España, es de suponer que lo
desarrolla alguno de esos cientos, quizás miles, de consejeros designados
privativamente, que pululan por los distintos gabinetes, aunque una reciente
serie danesa, Borgen, nos trajo la figura del Spin Doctor para ejemplarizarnos
cómo funciona el asunto cuando el mercado político funciona a la manera
liberal, es decir, sin ventajas de parte. Era en otro planeta, aunque fuese Europa.
Aquí todo es más simple, desde el garito monclovita, quiero
suponer que tendrán al menos un grupo de whatsapp, se lanzan los mensajes del
momento a los distintos ministerios, en función de calendario u oportunidad, y
así vemos como varios ministros un mismo día, y con independencia de la
especialidad del ramo, se lanzan desaforados a vituperar al líder de la
oposición; o clamar contra el consumo irresponsable de agua, pese a que el
nivel de los embalses lleva meses avisando; o animar a vacacionar pese al
estado lamentable de nuestra economía; incluso saben de vacunas y pandemias. Son los mensajes del argumentario
gubernamental.
La última víctima del argumentario ha sido Margarita, recién
acabado su veraneo asturiano, se ha lanzado a enviarnos el mensaje del trono de
hierro avisándonos que viene un invierno durísimo, y que nos vayamos
preparando. Como si no lo supiésemos.
Raúl Suevos
A 25 de agosto de 2022
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