El perro flaco cubano

 

La atención de la prensa mundial, en estos últimos meses, parece no tener mejor objetivo que todo lo relacionado con la guerra de Ucrania, y ello es natural, sobre todo si tenemos en cuenta que implica a una de las grandes potencias nucleares y a un país en el patio trasero de la Europa que conocemos y de la que formamos parte. Ye lo que hay.

El resto de conflictos, como por ejemplo el Sahel, que también nos afecta directamente aunque muchos no se quieran enterar, pierde espacio en las páginas de los periódicos y en las escaletas de los informativos radiofónicos o televisivos, aunque ellos acabarán por obtener su cuota de atención pública, y más pronto que tarde, desgraciadamente. Es la ley que impone el eurocentrismo informativo, u occidentalismo si así prefieren llamarlo. Pero hay otros mundos, y otros dramas.

A Cuba hace ya un tiempo que no la vemos en la primera plana. Quizás desde que el pasado año el régimen castrista fue capaz de reconducir, con su tradicional represión, las surgencias de protestas populares en el país, algo inaceptable para una oligarquía militar más acostumbrada a los incontenibles salideros de aguas fecales en la Habana Vieja y Centro, siempre recurrentes. Fue un nuevo hito negativo de la historia revolucionaria; uno más.

En la Cuba de estos días todo es miseria, aunque teniendo en cuenta los cientos de miles de cubanos que han escapado de esa prisión en los últimos años podemos deducir que cada día les toca una cuota mayor de ese producto, la miseria, a cada uno de los residentes, salvo a los de la clase dirigente y sus familiares, claro.  

La apuesta de López Calleja, el yerno de Raúl Castro recientemente fallecido y gurú económico del régimen, por el negocio turístico, ha llevado a la inversión de los pocos ingresos del país en la construcción de hoteles de alto estanding para unos turistas que desde la llegada del Covid no se dejan ver, y que ahora, con la dilagante e imparable epidemia de dengue, es aún menos probable que lleguen, convirtiendo así la inversión en capital bloqueado y sin rentabilidad.

Las remesas, el dinero que los emigrantes envían con carácter regular a sus familiares, es lo único que crece y mantiene la economía cubana en este momento, y no parece verse ningún rayo de luz en el horizonte; al contrario, las perspectivas climáticas no son nada halagüeñas, sino más bien catastróficas.

Una de las zonas benditas por la naturaleza en la antigua Perla del Caribe es la de la provincia de Viñales, con sus mogotes rocosos, meta de innumerables turistas, y, sobre todo, las fabulosas plantaciones de tabaco en Vuelta Abajo, Pinar del Rio, última fuente de divisas. Ahora todo ello se encuentra bajo la amenaza de Ian, una tormenta tropical que llegará convertida en Huracán el próximo martes y que acabará con las esperanzas de los que allí sobrevivían en el marasmo castrista.

A perro flaco todo son pulgas.

Raúl Suevos

A 24 de septiembre de 2022

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com


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