La fuerza del mantra
Dice la RAE que un mantra, concepto del hinduismo y del
budismo, es una palabra o frase que se recita y repite durante el culto para
invocar a la divinidad, algo que era bastante común en nuestras calles no hace
muchos años, gracias a los acólitos de una secta que a todos sorprendía con su
cántico del Hare Krishna, y que hoy, por lo que creo, ha desaparecido. En
nuestro catolicismo, heredado del judaísmo, tenemos la letanía, también para
invocar, a Jesús, la Virgen, o lo que corresponda, y que tiene al Kirie Eleyson
como la más conocida, aunque hoy en día, me temo, son pocos los que la
utilizan.
En política, no sé si de la mano del concepto religioso o de
la inventiva de algún spin doctor norteamericano –de allí vienen siempre las innovaciones
en mercadotecnia política- se suele usar el lema, especialmente para las
campañas, aunque tengo mis dudas si eso funciona pues no logro recordar ninguno
de los usados últimamente, ni siquiera los de las recientes municipales,
súbitamente enterradas por el doctor Sánchez.
Son más afortunadas las frases o palabras invectivas, como
aquel “váyase señor González” que le hizo la mitad del trabajo al opositor
Aznar y que el autor le soltaba como cierre de intervención cada vez que cogía
el micro en el Congreso. Otras, estudiadas o espontáneas, tienen menos
recorrido, aunque hacen efecto durante algún tiempo, sobre todo si cuentan con
el favor de los medios de comunicación para su expansión.
Estos últimos tiempos podemos observar dos intentos por parte
de nuestros principales partidos. El gobierno y el partido que lo sustenta
andan desatados con la letanía de “la ola reaccionaria”, a la que añaden el
mantra del fascismo, y ahora también parece querer agregar lo de “derecha
extrema y extrema derecha”, profundo ideario de quien lo preside. Un poco
disperso me parece el asunto, pero ye lo que hay.
En el lado opositor tengo para mí que han estado más finos,
no sé si ellos solitos o con ayuda de algún mentor. Todo lo limitan o centran
en el “sanchismo” como demonio a enviar a lo más profundo del infierno. Un
mantra con el que ciñen y personalizan a su adversario, trasmitiendo al votante
contrario la necesidad de preservar al partido a cuenta de deshacerse de quien
hoy lo lidera, y que, según ellos, lo conduce, junto con el país, al desastre
más absoluto.
Es un mantra, letanía, o dardo verbal que me parece que puede
darles muchos beneficios, pues además de fidelizar a los propios, algo siempre
fundamental, puede llevar la duda a las papeletas de algunos votantes del
centro izquierda, a los que, sin duda, ayudará la fecha de la votación. Ah, y luego está lo de Chapote.
Raúl Suevos
A 5 de junio de 2023
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