Pucha Asturias
Se inicia una nueva legislatura regional con la toma de
posesión del presidente Barbón en la Junta General, con el acompañamiento de la
inconmovible sonrisa de la ministra portavoz y el aplauso de los representantes
de las instituciones asturianas en la platea dispuesta para el acto en el patio
del edificio. Buen camino, presidente.
El presidente tuvo muy buenas palabras. Siempre las tiene.
Que luego acompañó con un escrito en la prensa regional en las que se
reafirmaba en sus buenas intenciones; algo que es de agradecerle al señor
Barbón; las buenas palabras. Si bien los hechos serían aún más encomiables, y
es ahí donde los cuatro pasados años nos llevan a poner en sordina sus buenas
intenciones. A él le incumbe darnos motivos para comernos las nuestras
finalizado su mandato.
Cerró su intervención con un Puxa Asturies que ni siquiera
sonaba a amestao, la alegre mezcolanza entre asturiano y castellano que habla
la mayoría del paisanaje, por más que muchos crean sinceramente que hablan
asturiano. Aunque el presidente debiera conocer la diferencia, y haber evitado
esa breve soflama con acento acastellanado. Ye lo que hay.
Es posible que tal “puxu” le viniera de los datos de empleo,
extraordinarios para Asturias si nos olvidamos de nuestra baja procedencia en
las estadísticas nacionales, y también que el espejismo de este verano tórrido
justifica el empujón de la hostelería, algo que de continuar el cambio climático
puede convertir a Gijón en un nuevo Benidorm. Dios nos libre.
En todo caso debió mirar también para el empleo en la
industria, antaño nuestro fuerte, que sigue cayendo, imparablemente al parecer,
y supone una promesa de derrumbe en las futuras pensiones; esas que no se sabe
si podremos seguir cobrando en el futuro. Pero hay más.
Un gobierno de coalición con muchos “promover” y también “impulsar”,
infinitivos a encuadrar en la cesta de las buenas intenciones que, en mi
opinión, tendrá en el Área metropolitana su Rubicón, y en el cuidado e impulso
de las Alas la reválida de un doble mandato que debe ir más allá de las buenas
palabras y los molinos de viento.
Ese Pucha Asturias tiene también lectura en asturiano, con
una cooficialidad a la que ambos socios de gobierno renuncian, y que yo, que no
soy nadie, creo innecesaria. Algo que no debe extrañar pues sólo fue una
bandera oportunista de la izquierda cuando la abrazaron hace cuatro años. Pero
queda todo un mundo a desarrollar con la Ley de Uso, desde la voluntariedad de
los asturianos; con un informativo en asturiano en la TPA, con el
reconocimiento de la especialidad docente, con una dotación digna a la Academia
de la Llingua. Ánimo, señor Barbón.
Raúl Suevos
A 29 de julio de 2023
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