La consulta
La Congregación para la evangelización de los pueblos, De
Propaganda Fede, uno de los dicasterios más antiguos del Vaticano, de 1622,
periodo álgido de la Contrarreforma, es considerada como madre de la
comunicación institucional; una noción ésta de factura moderna nacida para
disimular o tapar la idea de propaganda, más relacionada con los ámbitos
comerciales, y necesariamente alejada, para los protagonistas, de la esfera
política. Ye lo que hay.
En tiempos de la Oprobiosa apenas conocíamos el concepto. El
NODO, y posteriormente el Telediario, el único, trasmitían las bonanzas del
Régimen, con especial atención a la inauguración de pantanos, esos, los mismos
que ahora miramos con preocupación ante sus bajísimos niveles, la pérdida de
capacidad natural por colmatación, y la falta de nuevas construcciones debida a las teorías
naturalistas. Eso era todo.
Con la llegada de la democracia el asunto cambió. Se hacía
necesario “comunicar” las realizaciones de los ministerios del gobierno, y de los
distintos dirigentes, pues al fin y al cabo, cada cuatro años, había que
retratarse en el rito fundamental de las elecciones. Era una auténtica
inversión de futuro para el partido que ejercía el poder, cualquiera fuese el
nivel, nacional, autonómico o local, y el tiempo ha ido puliendo y afinando las
herramientas.
Hoy nos encontramos en la fase de sofisticación, con
gabinetes de comunicación en las grandes empresas, y “Spin doctors” en las
formaciones políticas -palabro de origen anglosajón que viene del lanzamiento
con efecto de la pelota de beisbol- que pueden llegar a ser figuras de relieve
a nivel nacional, como fue el caso del notorio Iván Redondo, hoy en busca de
nuevas metas.
En este deambular de la comunicación política estos días nos
encontramos con una nueva y alambicada operación de propaganda, la consulta.
Una supuesta votación interna, en el partido que dirige actualmente nuestros
destinos, que intenta dar un barniz de colectivismo a las decisiones tomadas
por el líder inmarcesible, el doctor Sánchez, mediante la cual se trataría de
transmitir la idea de que lo que fue necesidad personal, pase a ser decisión
del partido, y, por qué no, de los millones de votantes de las pasadas
elecciones.
Una consulta en un colegio, dicen, de 120 mil sufragios, de
los cuales más de 20 mil son concejales del partido, varios miles más ejercen
como delegados sindicales de UGT, cientos o miles son representantes en las
asambleas europeas, nacionales y regionales, a los que se añaden los
colaboradores que para ellos trabajan, casi tantos como los miles que lo hacen
como asesores en los aledaños, gabinetes, etc, de los puestos de dirigentes
socialistas, tanto institucionales como en los cientos de empresas municipales
o regionales creadas en estos años. Un colegio de paniaguados.
Es propaganda, y hay que tener fe, o interés.
Raúl Suevos
A 6 de noviembre de 2023
Comments
Post a Comment