la virtud según Machiavelli
Una de mis pequeñas joyas bibliográficas es un ejemplar del Príncipe de Niccoló Machiavelli comprado en Florencia a mediados de los noventa. Es una obra publicada en 1939, tercer año del Imperio, según Mussolini, y conforme viene estampado en su última página. Es un libro promovido por un afamado historiador de la época, Angelo Pernice, que se permite adoctrinarnos con un larguísimo prólogo del que lo más impactante resulta su afirmación de que Machiavelli, profeta él, pensaba en un hombre que, como el Duce, llegaría un día para llevar de nuevo a la Italia a la cabeza del mundo. Lo dicho, un profeta.
Ya en el interior, casi todo es interesante, pues el florentino Machiavelli fue el primer teórico del realismo en política, de forma tan precisa que ha sido estudiado, seguido, imitado y loado o vituperado, según la ocasión, en múltiples oportunidades; tantas que hasta yo mismo, en estas líneas, me atrevo a traerlo también a colación. Y es que la virtud, tal como él la define, es una característica que, una vez más, el doctor Sánchez parece tener en cantidades infinitas.
Dice Machiavelli que la virtud es “un conjunto de cualidades que permiten al caudillo vencer los obstáculos del presente y hacer frente a cuantos tropiezos pueda depararle el futuro”, y señores míos, no cabe otra, desde este prisma, que reconocer que el doctor Sánchez es el mejor alumno del Machiavelli en estos cinco siglos pasados desde la aparición de su obra ya que, como él mismo nos ha dicho, “hay que hacer de la necesidad virtud”, algo que hoy se ve refrendado, ya de forma ineludible, en la Sesión de investidura.
Estamos, todos los españoles, en las manos de un individuo que lleva hasta el extremo el concepto de que el fin, mantenerse en el poder, justifica los medios, aunque, como es el caso, ponga a la nación en una situación que recuerda alarmantemente a los inicios del socialismo bolivariano que campa desde hace años en Venezuela, la otrora atractiva nación.
Tenemos por delante tiempos difíciles, en los que la nación española será puesta a dura prueba, porque la virtud tal como la entiende el doctor Sánchez, en realidad, no tiene ningún límite, al menos mientras los electores no pidan cuentas por lo que, si nos atenemos a lo dicho antes de…, ha sido una estafa electoral para muchos de los que votaron confiados al partido socialista.
La legalidad vigente da margen al secretario general socialista, que ya anuncia el mantenimiento de subsidios hasta junio del 24 para engrasar las elecciones europeas, y al que nada le importa que la polarización que él, con sus acuerdos espurios, provoca y potencia, nos lleve a un túnel sin salida. Ye lo que hay.
Raúl Suevos
A 15 de noviembre de 2023
Comments
Post a Comment