Nuestra dependencia israelí

 

Recién nos dejó Henry Kissinger, un judío alemán superviviente del genocidio llevado a cabo por las hordas de Hitler en la Europa de entonces entre los componentes de su raza y religión. Un campeón de la ciencia política que llevó entre sus manos, directamente o través de sus escritos, las relaciones exteriores de su país de adopción, los Estados Unidos, el Imperio.

Kissinger era un paladín de la teoría realista en las relaciones internacionales, en las que los estados son protagonistas y su supervivencia el objetivo a conseguir por sus mandatarios. Una teoría que es la que ha marcado el devenir del mundo moderno casi sin excepción.

En el caso español no parece muy claro que nuestros gobernantes tengan una idea muy clara de esta teoría, por simples que sus premisas pudieran parecer, y, nuestro actual presidente de gobierno, responsable de esa política, parece empecinado en procurarnos, un día sí y otro también, enormes dosis de incertidumbre y preocupación.

Aún no logramos recuperarnos de la sorpresa de su rotundo y sorprendente cambio de postura en relación con la posición española –antigua potencia responsable- respecto al conflicto del Sáhara. Un cambio que tuvo como añadido la casi rotura de relaciones con Argelia y el deterioro radical de nuestras relaciones comerciales con aquel país, hasta entonces nuestro principal proveedor energético. Y ello sin mejora aparente de las siempre tensas relaciones con Marruecos.

Ahora, y como presidente rotatorio del Consejo Europeo, ha viajado a Israel donde, con sus declaraciones, logró enfurecer al gobierno israelí, mientras aplaudían los portavoces de Hamás, el grupo terrorista que provocó el actual conflicto. Todo un ejemplo de lo que no es la teoría realista de las relaciones internacionales.

No parece fácil encontrar beneficios para España en este movimiento del doctor Sánchez pero, teniendo en cuenta que sólo mantenemos planes de contingencia militar con relación a nuestro vecino del sur, conviene no dejar de lado lo que supone la industria militar israelí con respecto a nuestras fuerzas armadas, y las de Marruecos.

España cuenta, según información pública, con misiles Spike para helicópteros y cazabombarderos; el sistema Arrow 3 de defensa aérea; los sistemas de vigilancia Hermes 900 y el Heron 1, asi como el satelital EROS; todos ellos de fundamental importancia para nuestra defensa y necesitados de permanente mantenimiento y reposición de materiales y repuestos.

En el caso marroquí nos encontramos con los mismos sistemas de armas y vigilancia, algo que, teniendo en cuenta el reciente reconocimiento del estado de Israel por parte marroquí, y la tibia posición ante el conflicto mostrada por su rey, debería preocuparnos si, llegado el caso, los planes de contingencia se convierten súbitamente en cruda realidad. Ye lo que hay.    

Raúl Suevos

A 5 de diciembre de 2023

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

Comments

Popular posts from this blog

Lo han vuelto a hacer

En el solar zaragozano

El general Gan, una novedad a la italiana