Inés, la chilena
Hace tiempo que no veo el Telediario de la Uno, hace tiempo
que me parece demasiado sectario para lo que yo estoy dispuesto a digerir,
pero, todos los días suelo pasarme a su canal para ver el pronóstico del
tiempo, lo que me da unos minutos de intermedio con el canal 24 horas que, en
general, vislumbro sin apenas prestar atención.
Hoy ha sido diferente. Me ha obsequiado con unos minutos de
la rueda de prensa del doctor Sánchez, de gira por tierras americanas, y el
presidente de Chile, Gabriel Boric, llegado a la alta magistratura de su nación
tras breve y agitada carrera como dirigente estudiantil, y que, en lo que lleva
de presidencia, ya va por dos procesos constitucionales, ambos fallidos. Ye lo
que hay.
Nuestro presidente –me pide el cuerpo anteponer un
calificativo, pero sólo me viene aciago y temo que me acusen de sectario, por
eso pongo el pensamiento entre guiones- alejado de los convulsos momentos que
el hoy famoso Koldo supone para su personalísima presidencia, de partido y gobierno,
ha aprovechado la coyuntura para aventar unas cuantas soflamas encaminadas,
sobretodo, a echar baldones y basura sobre la oposición, algo normal conociendo
su trayectoria; lo que, por otra parte, tampoco debe extrañar al personal; pero
también ha hablado, en positivo, del día de la mujer, y del protagonismo que su
partido ha tenido en los progresos que se han hecho en nuestro país en aras de
la igualdad. Ahí lo dejo.
A su lado, le llegó el turno al anfitrión, el presidente
chileno, que, con un par de alusiones a la postura internacional de su gobierno
respecto a la crisis de Gaza, entró de lleno en la cuestión feminista, algo
lógico tratándose de un gobierno, supuestamente, muy progresista, y con ello se
metió a glosar los avances llevados a cabo, y a enumerar una serie de figuras
femeninas del país entre las que Inés Enríquez me llamó la atención, pensando
que se trataba de aquella compañera, pareja de Pedro Valdivia, el conquistador
de Chile, que antes de acabar su labor todo hubiese perdido si no fuese por una
Inés de españoles ovarios, capaz de defender la capital ante los ataques
mapuches mientras las tropas exploraban allende el territorio.
Pero no, aquella era Inés Suárez, de estirpe española, y por
lo tanto repudiable para la izquierda ¿progresista? hispanoamericana, que asume
sin cuestiones la leyenda negra promovida por los anglosajones, y no es capaz
de preguntarse ni por un instante de dónde vienen, cuáles son sus raíces,
especialmente cuando repudian el indigenismo, como en el caso mapuche en Chile.
Boric tiene sus problemas, como el doctor Sánchez, pero Inés
Suarez fue la primera feminista de su país.
Raúl Suevos
A 8 de marzo de 2024
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