La gusanera

 

Dice la RAE que así se denomina a la yaga o parte carnal donde, de forma espontánea, se desarrollan los gusanos; y así, gusanos, fue como desde muy temprano, apenas unos meses después de su entrada en La Habana, comenzó a llamar Fidel Castro a los cubanos que tomaban la ruta del exilio, principalmente hacia Miami y Florida, donde desde el siglo XIX, con la industria tabaquera, existía ya una pujante colonia cubana.

Si allí iban los gusanos, ni qué decir tiene que aquello pronto se convertiría en la Gusanera, un neologismo de gran fortuna tras el empleo durante años por parte del propio Fidel y de todo el régimen, y que aún hoy, tras la desaparición del inabarcable líder, sigue siendo usado por sus herederos para justificar todas las penurias que su manifiesta incapacidad han procurado a los cubanos durante ya más de sesenta años.

Con lo de la gusanera, además de identificar un enemigo, lograban descalificarlo, anularlo, animalizarlo. Impedían que nadie, al menos en la isla y entre sus afines exteriores, entrase siquiera a analizar las propuestas o teorías que pudiesen llegar o nacer en Miami. Era la gusanera. Era lo peor.

En la isla, con todo el aparato, tanto judicial como informativo, a disposición del régimen, la simple identificación como próximo, por cualquier motivo, a la gusanera, ha sido motivo para condenar al señalado al ostracismo político y social, si es que no acababa en la prisión Modelo tras su paso previo por Villa Marista, el tenebroso centro de detención política de La Habana. Etiquetar facilita mucho la represión, es un axioma.

Aquí en España parecía que estábamos a salvo de esas feas costumbres, aunque aún recuerdo  lo de la Brunete Mediática, apelativo con el que Arzallus descalificaba a todo periodista no afín a las tesis nacionalistas, y que ha sido recuperado también por los políticos catalanes del Procés; pero no pensaba que tales recursos, de pobre sustento intelectual y aptos sólo para mentes ideológicamente cautivas, llegarían a ser la base de toda una teoría política, en este caso sostenida por el principal partido del gobierno y su inconmensurable líder.

La Maquina del fango es aún más completa que la gusanera, por su  falta de límites geográficos y la indefinición de protagonistas. Sirve para todo, aunque jueces y periodistas parecen ser sus objetivos primarios, especialmente aquellos que no comulgan con la doctrina gubernamental, o sanchista, y también todo el arco político no afín, PP y Vox principalmente; y sí a ello añadimos la defensa de la democracia, en peligro según el doctor Sánchez, tenemos todos los ingredientes para un caldo extraordinario. Atémonos los machos porque ye lo que hay.  

Raúl Suevos

A 4 de mayo de 2024

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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