El viejo marqués de Marcenado
En el ovetense parque de San Francisco tiene un busto que su
memoria recuerda, y en Santa Marina de Vega, su villa natal, también tiene
otro; pero en Madrid fueron más lejos y le dedicaron una calle, la del marqués
de Santa Cruz de Marcenado, justo detrás del palacio de Liria, y donde se
encuentra la vieja Escuela de Estado Mayor del Ejército; y no es para menos,
pues las Reflexiones militares del marqués fueron el manual militar de
referencia durante todo el siglo XVIII, con seguidores reconocidos como
Napoleón, y dicen que también, aunque sin pruebas, Federico el Grande.
El caso es que allí estuve como invitado a la imposición de
fajas de Estado mayor a los nuevos egresados de la última promoción de ese
antiguo Cuerpo, hoy especialidad, que se imparte en la actual sede de la
Castellana para los tres ejércitos y cuerpos comunes, pero que, tras la entrega
de diplomas por SM el Rey, se traslada a los viejos claustros para, en un acto
del Ejército y la Guardia Civil con ceremonial que recuerda el ingreso en órdenes de otro tiempo, o sectas, significarles la parte religiosa del asunto, pues se supone
que, en sus manos, en los años venideros, irán depositándose las mayores
responsabilidades de los ejércitos de España, cuya cúpula está formada, en su
totalidad, por diplomados de Estado mayor.
Las Reflexiones de Marcenado siguen siendo estudiadas, pues
muchos de sus principios mantienen su
validez, pero estos diplomados van a encontrarse con un mundo militar en plena
ebullición, cabria hablar de total revolución, pues el campo de batalla, como
muestran los frentes ucranianos, o el entorno urbano de Gaza, ya no es el que
era; con un ciclo de inteligencia tan veloz que sin el concurso de la
Inteligencia artificial no sería aprovechable, con unos enjambres de drones
ante los que la infantería se encuentra inerme, con la intervención directa de
la empresa civil –véase Musk y su hiperlink- y sus intereses económicos, con unas armas autónomas que harán temblar el proceso decisional. Un
campo de batalla de mil rostros amenazantes, cambiantes cada día.
Será un desafío de adaptación constante al que tendrán que
enfrentarse, también en el ámbito político, para lo que han cursado al mismo
tiempo un máster en Política de defensa y seguridad global en la Universidad
complutense, que les debe dar la capacidad para comprender lo que ocurre en el
mundo y su influencia en las acciones y decisiones en las que ellos serán
llamados a intervenir, primero como asesores, y en unos años como decisores.
La vieja Escuela de Estado mayor guarda como un tesoro, en su
zona más noble, la vitrina de mármol con las fajas de muchos de los caídos en
acto de servicio, recordatorio para los nuevos titulados. Ye también lo que
hay.
Raúl Suevos
A 22 de junio de 2024
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