El apagón llegó a Cuba
La historia de Vietnam, más allá de las guerras, ocupaciones
y revoluciones, es un relato de agricultores, de cultivadores de arroz a lo
largo de los siglos y los milenios. La propiedad de la tierra ha sido siempre
la clave del desarrollo del país.
Tras las guerras y revoluciones del siglo XX y la llegada del
partido comunista al poder en todo el país, se impuso la colectivización del
agro vietnamita, primero en el norte, y tras la salida de los yanquis también
en el sur, con el resultado de los rendimientos decrecientes y la hambruna para
una gran parte de la población. Pero la sabiduría asiática prevaleció.
Para la década de los ochenta y principios de los noventa,
primero semiclandestinamente y después de forma oficial, se entregó la tierra a
los campesinos para su gestión familiar, también la posibilidad de
comercializar directamente sus producciones, que no se limitaban al arroz, sino
también anacardo, café y ñame, lo que llevaría al país a convertirse en uno de
los mayores productores mundiales, generando grandes entradas de divisas que
permitieron poner en marcha otros aspectos de la economía del país, hoy con un
desarrollo pujante.
En Cuba la economía centralizada y la propiedad estatal sigue
siendo religión; las anunciadas reformas del 2010 se han quedado en nada, y el
resultado ha sido una caída generalizada en las producciones agrarias de la
isla, a lo que se ha sumado el empleo de las escasas divisas en la construcción
de complejos hoteleros por parte de GAESA, la empresa-tapadera del Ejército cubano,
una decisión que con la estrepitosa caída de los visitantes extranjeros, unida
al recorte de las remesas de los expatriados, que prefieren pagar a los
contrabandistas de personas para sacar a sus familiares de la isla, y el
recorte de los envíos petroleros desde la Venezuela de Maduro, han compuesto
una ecuación fatal que ha llevado a la isla al colapso.
En Cuba se está pasando hambre, tanta que el gobierno por
primera vez ha pedido ayuda a Naciones Unidas para la alimentación infantil, lo
que es toda una declaración de impotencia tratándose del los hombres de Raúl
Castro, tampoco se tiene acceso a medicinas. Casi sólo quedan viejos y
familiares de funcionarios del gobierno, todo el que puede se va de la isla,
que seguirá en medio del Caribe esperando que se desvanezca este régimen
maligno para que la otrora perla del Caribe vuelva a ser el vergel de las dos
cosechas, y sus playas y villas coloniales se llenen de turistas.
Hoy ha habido apagón general en Cuba. Las centrales se caen a
pedazos y no hay suficiente combustible para alimentar a las que aún funcionan.
Se acerca el final.
Raúl Suevos
A 18 de octubre de 2024
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