El Jack Ryan de Robert Kaplan
El primero les sonará a la mayoría. Es un personaje de ficción creado por Tom Clancy, que lo desarrolla a lo largo de una veintena de novelas de acción en las que son las operaciones más o menos encubiertas de la CIA el trasfondo en el que todo se desenvuelve. En ellas, nuestro protagonista, antiguo oficial de los Marines, es un analista especialista en transacciones bancarias, pero que, llegado el caso, es capaz de embarcarse en aquel memorable “Octubre Rojo” que patroneaba un, como siempre, solidísimo Sean Connery, para acabar resolviendo situaciones susceptibles de poner en peligro el Imperio norteamericano.
El personaje, con cierta frecuencia, apela a su condición de simple analista, pero acompañándolo en sus desplazamientos, montados en las líneas apasionantes de Clancy, podemos percibir la enorme infraestructura de medios y personal que sustenta la acción política exterior de los Estados Unidos. Porque la gestión de un imperio es complicada y costosa; lo fue para Ciro el Grande, lo fue para Augusto, también para Carlos V, y menos para los británicos, por su habilidad para explotar personas y territorios. Ye lo que hay.
Robert Kaplan es menos conocido. Autor celebrado de libros en los que combina admirablemente viajes e historia, ha sido también subsecretario de estado en Washington con Bill Clinton, quien, tras la lectura de su “Fantasmas de los Balcanes”, decidió la implicación de los EEUU en el conflicto de Bosnia i Hercegovina. Para mí es la suya una de las opiniones a tener en cuenta en cuestiones de geopolítica, y por eso trato de seguirlo en los medios en los que escribe.
Estos días ha publicado en Político Magazine un artículo en el que afirma que Donald Trump no sabe gestionar un imperio, lo cual deduce de los recortes que piensa llevar a cabo, algunas ya en marcha, en muchas, si no todas, las agencias del gobierno de los EEUU. Agencias de todo tipo, desde la seguridad, el análisis, o la ayuda humanitaria, como USAID, cuyos sacos de arroz o trigo hemos visto a lo largo de los años en múltiples rincones del mundo, y que lo primero que te preguntan para apoyarte un proyecto es: ¿En qué beneficia al gobierno de los EEUU o sus oficiales?
Todos esos hombres y mujeres repartidos por el mundo desarrollando sus funciones, evacúan informes que servirán para crear inteligencia y soportar los dosieres y expedientes que más tarde ayudarán a los altos oficiales norteamericanos a tomar las decisiones que hacen que una potencia sea algo más que eso.
Imperio supone capacidad y voluntad, las que hace un siglo mantienen los EEUU. Rusia tiene la segunda pero le falta la primera; y China construye las dos muy rápidamente.
Raúl Suevos
A 10 de marzo de 2025
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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