Están en Primera, pero siguen sin tener playa

 

El no ser apasionado del futbol, más allá del conocimiento superficial que permite participar en muchas de las conversaciones varoniles de los españoles, ahora también de las féminas, me da libertad para meterme en este tipo de charcos con la tranquilidad de saber que, por mucho que salpique, no llegaré a mancharme.

Y es que no puedo dejar de evocar, en mis tiempos de escolaridad en el Jovellanos gijonés, época de autostop desinhibido casi enfrente del aulario para acercarnos a aquel Oviedo más fino y universitario, y tomar unos vinos en la mítica Logos. Cómo fardaba aquello de escaparse hasta la capital. O eso creíamos.

Después llegaba junio con las rebajas y el verano pasado por las clases de recuperación en la Academia Junior, en la Carretera de la Costa, junto a la Puerta de la villa. Pero Oviedo seguía tirando, y aún no habían llegado los tiempos universitarios y las escapadas nocturnas a la discoteca Faust ¡Qué cosas¡ y el caso es que Gijón era sin ningún género de dudas la capital económica regional, tanto que el Sporting estaba a punto de iniciar, en Primera, su época dorada, y algunos de coña retorcida no tuvieron mejor ocurrencia, de noche y con alevosía, que dar cambiazo a la señal de tráfico de salida de Oviedo y poner, en lugar del cartel oficial, aquello de “Gijón, a 28 km, playa y equipo de primera división”. Eran otros tiempos.

Esta hoy Oviedo de fiesta. Y no es para menos, después de la épica batalla de anoche, conducidos por un capitán memorable, Cazorla, fruto de la cantera, y un entrenador que sufrió, como jugador, el último descenso. Y también con un propietario, Martínez, veracruzano mejicano, al que secunda un Peláez de raíces asturianas; a los que en Gijón, debemos mirar con esperanza, esperando, redundo, que los del grupo Orlegi, adversarios deportivos de los Pachuca, se sientan obligados a echar el resto y dar un empujón a los del Sporting.

Pasiones aparte, el asunto del ascenso es bueno para la región, que además de los Princesa de Asturias contará con un nuevo escaparate en su capital, algo, la mercadotecnia institucional que nunca hay que dejar de lado pues aporta intangibles difíciles de valorar, pero que siempre acaban por dar dividendos, y en ello incluyo el marquesado de López Otín y la labor universitaria que hay detrás.  

En Gijón, desde nuestra playa, cada año más de moda, tendremos que mirar con sana envidia los domingos de futbol, esperando que nuestros chicos estén más atinados, y que en un plazo corto vuelvan a haber derbis futbolísticos en la región. Mientras tanto, ¡Norabona, Uviéu¡ y ¡Aupa, Sporting¡

¡Joder¡ Qué políglota me quedó el cierre.

Raúl Suevos

A 22 de junio de 2025

Traducción en llingua asturiana en abellugunelcamin.blogspot.com


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