Aquelarre diplomático en Egipto
Alguno pensará que me excedo calificando aquello como una
reunión de brujas y hechiceros para hacer sus encantamientos pero ¿Acaso no
actúan como tales nuestros políticos? Todos, en general ¿No resultan ser una
especie de sortilegio las campañas políticas? Con momentos culmen en la fase
de elecciones y momentos puntuales el resto del tiempo. Y es ahí, en ese último
aspecto, donde encuadro lo de anteayer, con el señor Trump como hechicero jefe
del mundo, o al menos de la parte que obedientemente le hacía los coros en
Sharm-el-Sheik.
Un Trump para el que la democracia yanqui no estaba preparada,
y al que no pudo pararle los pies en este segundo asalto al trono del mundo.
Una democracia, como por otra parte sucede con las demás, que demuestra que no
tiene recursos para defenderse ante los hechizos de los brujos del siglo XXI. Y
el resultado puede que lo hayamos visto en ese show montado por el ogro
anaranjado para satisfacción de un ego que no parece tener límites.
El era allí, sobre el estrado, el más alto, el más guapo, el
más listo, el más todo. El resto, con un anfitrión golpista, sólo aportaba el
obediente telón de fondo –se imaginan ustedes al difunto Jesús Gil y Gil
presidiendo España, pues eso- pero faltaban algunas piezas. Las más afectadas,
como Hamas y Netanyahu; o el Irán que ahora se lame las heridas pero que no
está claro que haya dicho la última. Tampoco representación China; a Rusia, hoy
apestada no se la esperaba. Y tampoco se oían los disparos de las ejecuciones
sumarias llevadas a cabo en Gaza, al mismo tiempo, por los terroristas de Hamas
contra las milicias no obedientes. Ye lo que hay.
Que vuelvan los rehenes es un éxito mayor que no puede negársele
al señor Trump pero, para el resto, para el futuro próximo, hay que ser muy
prudentes. Mejor oportunidad para la paz que la que Ariel Sharon les ofreció
con la retirada unilateral de Gaza en el 2005, ejército israelí y
asentamientos, todo; y ya ven cómo fueron las cosas después. Hoy, y mañana, la
situación es mucho peor.
Hamás está demasiado infiltrada en la población gazatí, con
niños educados para el martirio, y sólo necesita armamento ligero para seguir
controlando las distintas ciudades de la Franja. Bibi Netanyahu sabe que en
cuanto pierda el poder, posiblemente en las próximas elecciones, será pasto de
los tribunales israelíes. Donald, que ya triunfó en 2020 con su acuerdo de Doha
con los talibanes, y miren ahora como está Afganistán, ya ha cobrado su momento
de gloria en Gaza. Por cierto ¿Qué pintaba allí el de la FIFA?
Es posible que ahora llegue el momento de Ucrania. Prepárense
los ucranianos, y nosotros también.
Raúl Suevos
A 15 de octubre de 2025
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