La matricula AFI
Propiamente habría que hablar de placa, o en italiano targa,
es decir el indicador que corresponde a la matricula, y que en este caso, la
placa AFI, corresponde a Allied Forces Italy. Una placa que se otorgaba a los
vehículos militares y los de particulares de aquellos que, perteneciendo a las
Fuerzas Aliadas, preferentemente la OTAN, eran destinados al país transalpino.
El asunto no era baladí puesto que, por los acuerdos alcanzados al finalizar la
Segunda Guerra Mundial, la placa eliminaba muchos de los impuestos ligados al
transporte; un privilegio que disfruté durante un tiempo.
Hace años que, creo, desaparecieron por razones de seguridad,
pero traigo aquí el concepto por lo de Aliados, algo que en este momento, tras
la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional del señor Trump, muchos
en Europa comienzan a preguntarse si podemos seguir pensando que sigue vigente.
Y ello viene de la mano de la lectura del documento, donde encontramos que es
Europa la única parte del mundo que el ogro anaranjado trata con claro
desprecio y, a la vez, trata de intimidar. Una actitud que estaría lejos de lo
que se espera de un aliado ¿No?
Por otra parte su injerencia en la política de los países
europeos alcanza el nivel de impertinencia por su declaración escrita de apoyo
a partidos del extremo del espectro político afines a su propia y personalista
doctrina. Algo, esto último, que recuerda horriblemente a la decisión de la
Komintern en 1935, dirigida por Stalin, de crear los Frentes Populares, seguida
en el congreso del PCUS por la aceptación de pactos con los partidos burgueses.
Unas decisiones que condujeron a la esclavitud de muchos países europeos
durante un par de generaciones. España se libró por el ancho de un bigotito.
Habla el documento trumpiano de falta de libertad en Europa,
quizás la cosecha de la que andamos más sobrados, junto con el imperio de la
justicia, y la limpieza en las elecciones, aspectos en los que, en los últimos
tiempos, el gran país americano parece más renqueante; y no debiera importar
mucho si sólo fueran declaraciones del Gil y Gil yanqui, pero ese documento
marca la política del Imperio, y de él se deduce que ya no somos aliados, más
bien debiéramos buscar el antónimo en la RAE, que nos devuelve los términos de
adversario o enemigo. Una constatación durísima, pero ye lo que hay.
Se nos agota el tiempo a los europeos, con unos líderes
mediocres en el puente de mando para nuestra desgracia, y yo concluyo que en
esta hora oscura la única solución es la propia Unión, pero más federal y
fuerte, más integrada; y si hiciera falta, más pequeña y decidida.
Raúl Suevos
A 9 de diciembre de 2025

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