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Showing posts from August, 2024

Tirano Banderas y sus valedores

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  Es esta novela de don Ramón del Valle-Inclán una obra que conviene siempre tener a mano, pues si bien se desarrolla en un país ficticio, como suelen hacer los militares a la hora de plantear sus ejercicios y maniobras, la realidad que trataba de reflejar se encontraba en la mayoría de países hispanoamericanos, por no decir todos ellos. Santos Banderas, el protagonista, es el dictador de Santa Fe de Tierra Firme, cuyo nombre se inspira, aparente y doblemente, en Colombia y Venezuela, y es un tirano odioso y cruel que acabará cayendo mediante un movimiento revolucionario. Su imaginaria trayectoria vital podría recordar a muchos otros, desde Tacho Somoza a Leónidas Trujillo, sin olvidar al clásico Porfirio Díaz, o las ominosas ternas de las Juntas argentinas. El caso es que es tan amplio el muestrario que, en la literatura iberoamericana, se desarrolló un género específico dedicado a los dictadores. La situación actual nos deja a Raúl Castro y Daniel Ortega, Cuba y Nicaragua, países

Tarde de toros

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  Es una cita que me pongo como obligatoria en el calendario. Al menos una corrida de la feria de Begoña en Gijón, y si es posible alguna más. Y este año tocó el sábado visitar la hermosísima plaza, añeja ya de más de 130 años y con casi 10 mil asientos. Mis conocimientos taurinos han sido siempre precarios, pese a que desde niño mi padre, que en un lance singular llegó a finiquitar un toro que Palomo Linares fue incapaz de lidiar y hubo que devolver a corrales, me llevaba con él a la plaza todos los años. Algo que, por cierto, no me produjo traumas infantiles, más allá del humo de tabaco que entonces se consumía en grandes proporciones en los tendidos, a diferencia de lo que hoy pasa. El caso es que, como aficionado de tercera, presto atención a los detalles más allá de la propia lidia. Por ejemplo los aledaños de la plaza, con cierre de calle e instalación de terrazas, donde se concentran grupos y pandillas de aficionados para comer, e incluso tomar el primer cacharro antes de en

El oro de Ucrania

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  Mirando el medallero de la Olimpiada de París me encuentro con una Ucrania situada por detrás de España, con dos oros menos y doce medallas en total. Quizás poco para lo que ese gran país solía lograr en ese magno evento deportivo, pero no debemos olvidar que son ya más de dos años los que lleva sufriendo una cruel e injustificada invasión de su territorio a cuenta de la Rusia de Putin. Un ataque que se ha llevado por delante la vida de muchos de sus deportistas, caídos en los frentes de batalla o bajo el peso de la ruleta mortal de los bombardeos indiscriminados de las ciudades ucranianas. Pese a todo, ahí están los atletas ucranianos, liderados, por aquello del record, por una estratosférica Yaroslava Mahuchikh, que se elevó ingrávida por encima de los dos metros y diez centímetros. Un golpe de moral, sin duda, para Ucrania. Pero el auténtico oro de los ucranianos se encuentra en su patria, en su territorio, en los bienes materiales y artísticos destruidos o robados por los inv

El silencio y el rugido

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  Se acaban las Olimpiadas parisinas, tan esperadas tras la tragedia que representó el Covid para los nipones, y a mí me queda un cierto regusto amargo de la experiencia, que, como en ocasiones anteriores, he tratado de seguir con especial atención a los deportes primigenios, es decir, al atletismo. De la actuación española, en su conjunto, diría que fue lo esperado, es decir, inferior a lo que una nación de nuestra envergadura económica y poblacional podría hacer, y es que, debemos reconocerlo, no podemos ser, según nuestro propio criterio, el país donde mejor se vive del mundo –nos va la marcha- y, al mismo tiempo, encontrar suficientes jóvenes dispuestos a sacrificar los mejores años de su vida sumergidos en una disciplina férrea y casi monacal, salvo que se trate del futbol, o de los deportes, digamos, profesionales, ahí ya es otro cantar. En fin, habrá que seguir esperando la surgencia de individualidades, como siempre. Paris se olvidará pronto. Faltaba un objetivo desde el pr

El espejo venezolano

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  En mi juventud asturiana, hace algunos telediarios, era frecuente saber de la desaparición de algún conocido que había tomado el camino de aquel paraíso de promesas que representaba Venezuela. Los motivos eran variados, un embarazo sobrevenido, una cita judicial por asuntos relacionados con la equitación, o simplemente la esperanza de labrarse un futuro más   brillante del que España pudiera brindarle. Venezuela prometía un mundo de colores comparada con los grises de nuestra tierra en aquel entonces. Después las cosas empezaron a torcerse en la tierra que viera cabalgar al ovetense José Tomás Boves, y su sistema político, tan ejemplar durante un tiempo, entró en barrena en la época de CAP, Carlos Andrés Pérez, lo que dio pie para que el teniente coronel Chávez intentase el golpe militar, y más tarde, tras una estúpida amnistía ¿les suena? ganase limpiamente las elecciones, por primera y última vez. Lo que vino después es bastante conocido para la mayoría, y sus últimas consecuenci

Memodiáticos en Cuba

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  Me llegan noticias de la llegada a Cuba, inicialmente a La Habana, y después a Varadero, de un grupo de gentecilla que al parecer cuenta con gran seguimiento en esa dimensión de la información pública que conforman las redes sociales, hoy un universo con un alcance inimaginable no hace muchos años, aunque, si volvemos la vista atrás, encontramos que Barack Obama cimentó su triunfo en las primarias y después en las elecciones de su primera presidencia precisamente en el uso masivo de, las entonces en fase primaria, redes sociales. Es decir, que ya casi estamos en el periodo culminante del fenómeno, con alguna de ellas, como Facebook, iniciando la decadencia. Esa gente llegada a la otrora Perla del Caribe, y hoy cárcel insular para desahuciados de la vida decente, pertenecen a la categoría de influencers, tiktokers, youtubers, y otras tipologías que mi escaso conocimiento de ese mundo no alcanza a dominar y, por lo tanto, enumerar, pero seguro que hay unas cuantas más. Pero su compor