La caída de Saigón
Tal día como hoy, un 30 de abril de 1975, caía la capital de Vietnam en manos del vietcong, o lo que es lo mismo, las fuerzas armadas de Vietnam del norte. Fue una caída, como casi toda la guerra allí desarrollada con la necesaria cooperación de los EEUU, vivida casi en directo por todos nosotros, puesto que desde el principio las cadenas de televisión norteamericanas se encargaron de traer aquellas imágenes a nuestras comidas familiares ante el televisor. La guerra en directo, por primera vez.
A nuestro nivel aportamos a los mejores de nuestros corresponsales de guerra, de los que ahora me vienen a la memoria el mítico Miguel de la Cuadra Salcedo, o el asturiano Diego Carcedo. Y así fue hasta ese día del juicio final en el que multitud de ciudadanos norteamericanos y vietnamitas temerosos de un negro futuro se agolpaban ante la verja de la embajada yanqui en busca de un asiento en los helicópteros que desde la azotea evacuaban a todo el que allí conseguía llegar hacia los portaviones fondeados en el cercano litoral.
La jornada, última de varios días, se cerró con las imágenes del lanzamiento al mar de esos helicópteros una vez finalizada su misión de estafeta desde la embajada, y es que, las bodegas estaban ocupadas por miles de desamparados huidos de la previsible represión comunista una vez ocupada la ciudad y el país.
Pasado el tiempo, y tras varias hambrunas, llegó allí el reflejo de la Perestroika de Gorbachov, o lo que es lo mismo, la desaparición de la Unión Soviética, lo que supuso un enorme choque ideológico para la dirigencia vietnamita que tomó una decisión radical: Reconocimiento de la propiedad, iniciativa privada e inversión extranjera. Unas medidas aparentemente simples que han implicado, bajo la batuta del siempre único y por ello hegemónico partido comunista, una revolución económica con un crecimiento sostenido de la economía del país que ha reducido las cifras de pobreza extraordinariamente.
En Cuba, con Fidel Castro, nada de esto sucedió y la llamada perla del Caribe, la isla de las tres cosechas, tras superar gracias a la ayuda venezolana un terrorífico periodo especial de profundas penurias, ha seguido manteniendo la economía centralizada y la propiedad estatal en contra de lo que las evidencias en otros “paraísos” comunistas, como Vietnam, han mostrado. El reciente congreso del partido comunista cubano refrenda lo ya existente, se refiere al “bloqueo” norteamericano como justificativo de todo el sistema dictatorial que mantiene a la isla en condiciones, hoy con la pandemia del covid, casi infrahumanas, quedando a salvo únicamente la gerontocracia dirigente y sus familiares cercanos, a los que nada de esto parece afectar.
Raúl Suevos
A 30 de abril de 2021
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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