¿Efecto Feijoo o efecto Sánchez?

 

El día anterior a unas elecciones, especialmente cuando no hay encuestas disponibles, es tiempo de especulaciones. En cambio, el día después, sabidos ya los resultados, es momento de valoraciones, y de posibles justificaciones para aquellos que no fueron premiados por el humor fluido y casquivano de gran parte del cuerpo electoral. Es ante lo que estamos ahora en relación con las elecciones andaluzas.

Tal parece, para mi sorpresa, que lo más importante sea la “derrota” del partido VOX, o de su cabeza de lista, Macarena Olona. Tan importante resulta el magro resultado, aunque haya mejorado respecto a las anteriores elecciones, que todo el resto del arco parlamentario, incluyendo el receptor del voto mayoritario, el Partido Popular, se centra, al igual que ocurriera durante la campaña electoral, en los votos obtenidos por los secuaces de Santiago Abascal.

Hay una segunda lectura, especialmente para la prensa generalista, y se encuentra en el famoso efecto Feijoo, tras el que subyace un deseo de otorgar al político gallego una especie de halo, carisma o fortuna que estaría a punto de catapultarlo a la Moncloa; algo con lo que no puedo comulgar pues, desde mi punto de vista, el líder popular solamente cuenta en su haber el hecho de cabalgar la tabla de surf que hasta hace muy poco llevaba en volandas al señor Casado. Y es que, me parece a mí, no es importante el surfista, ni tan siquiera la tabla, sino más bien la ola. La ola, la buena, la que rompe en el momento justo, es lo que interesa.

Es esta una ola que ha desatado, en mi opinión, el doctor Sánchez, con sus muchos desaciertos en política exterior, en el peor momento mundial de los últimos años, y con sus indigeribles alianzas en la política interior para la mayoría de la ciudadanía, incluyendo sus propios votantes. Es una ola que avanza imparable desde ya hace tiempo y que el señor Casado pudiera estar corriendo ahora si no hubiese sido por su incomprensible empecinamiento en cargarse la emergente figura de Isabel Ayuso.

El fenómeno VOX ahí sigue, creciendo, y en disposición de poner en evidencia la posible inacción de Moreno en relación con la deconstrucción ideológica llevada a cabo por la izquierda a nivel nacional y en Andalucía. Podrán seguir predicando sin necesidad de segar el trigo, a la espera del desencanto, que no hay antecedentes para no descartar. Recuerden a Rajoy.

Habrá también tiempo para tratar de entender cómo al partido que dirigía las consejerías más activas y responsables de la mayor parte del hacer positivo del gobierno Moreno le pagan los andaluces con la desaparición. Es el voto útil. Ye lo que hay.

Raúl Suevos

A 20 de junio de 2022

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com


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