Tren de borrascas atlánticas

TREN DE BORRASCAS ATLÁNTICAS SOBRE ESPAÑA
La llegada del otoño en nuestra tierra suele venir marcada por la entrada de un tren de borrascas desde el Atlántico; tres días de agua seguidos de dos de descanso y así hasta que en el lejano norte se agota la masa de aire frio o el anticiclón atlántico coge fuerza suficiente como para enviarlas más al norte, hacia las costas de Francia. Si se retrasa mucho puede afectar la siembra en Castilla y eso, siglos atrás, significaba la ruina de todo el país.
En el mundo de la política pasamos por algo parecido; un tren de elecciones infinito que no da ningún fruto y no permite poner a trabajar a pleno rendimiento las fuerzas del país. Un suma y sigue que solo aporta incertidumbre a los factores productivos, retrasando o descartando por completo decisiones y proyectos. Y mientras tanto, afuera, el mundo sigue plagado de tensiones geopolíticas y comerciales, o a la inversa, y España, con gobiernos en funciones o minoritarios, no está en condiciones de hacer valer su peso como potencia media.
Los resultados de hoy de nuevo nos dejan en una situación de bloqueo que solo un gobierno de coalición entre los dos grandes partidos puede solucionar pero los antecedentes de la historia reciente y la personalidad narcisista de los líderes hacen que los presagios sean bastante negativos. No obstante hay algunos detalles adicionales que se pueden extraer y tampoco auguran nada bueno.
El elemento de mayor importancia es el crecimiento de los extremos. Podemos ha resistido muy bien pese a la aparición de Más País que solo logra dos míseros escaños, sin lograr grupo parlamentario y con el dudoso logro de restar un cierto número de escaños a PSOE y UP  en el juego de los restos. El crecimiento de VOX no hace más que confirmar que los populismos, de izquierda y derecha, logran llegar al ánimo del votante de forma más eficaz que los partidos tradicionales y ello se hace más patente y dramático cuando se aprecia el enorme descenso sufrido por Ciudadanos, antiguo centro socialdemócrata y ahora liberal.
Este último aspecto es quizás el más preocupante pues el elemento bisagra, de moderación o equilibrio, que antes representaba C,s desaparece para ser sustituido por las tensiones a izquierda y derecha, o lo que es lo mismo, aumentará considerablemente la polarización política, y esto nunca es para bien.
Al doctor Sánchez podría pasársele por la cabeza la formación de un gobierno con los nacionalistas, 
que siguen ahí, potentes y pertinaces, pero ya pudo comprobar, cuando hace bien poco no logró aprobar los presupuestos, que esa asociación es inestable por naturaleza y, además, en esta oportunidad es dudoso que la propia estructura interna del PSOE pudiese soportar tal apuesta pese a la reforma autoritaria de estatutos implementada por él. El PNV trabaja en un nuevo estatuto claramente anticonstitucional por lo que hasta el momento se ha sabido y el “derecho a decidir” parece un precio demasiado alto a pagar a ERC.
Todo esto nos lleva a un nuevo bloqueo con las tensiones añadidas por los extremos. ¿Podríamos vernos abocados a unas nuevas elecciones? Todo es posible en esta España actual pero de esa polarización y de las pacíficas manifestaciones de Barcelona, así como de los experimentos de los simpáticos CDR,s detenidos por la Guardia Civil, cabe sospechar que un nuevo Terra Lliure pueda estar ya en embrión y en el País Vasco tampoco sería para desdeñar la reaparición de la violencia cuando de nuevo se cierre la vía estatutaria anticonstitucional.
España ha demostrado a lo largo de la historia su resiliencia, también en tiempos recientes, y no tengo duda de que la Guardia Civil estará pronta con sus servicios de información para dar respuesta inmediata, quizás también con la ayuda del CNI, quién sabe.    
Raúl Suevos
Adivino
A 9 de noviembre de 2019

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