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Showing posts from May, 2020

Pablo prepara las maletas

Está siendo esta una semana de mucha violencia verbal, afortunadamente la otra, la tradicional, parece adormecida por el momento aunque si las noticias económicas, Alcoa, Nissan, siguen produciéndose tampoco hay que descartar que lleguen a sobrepasar la cobertura del coronavirus. El verbo explosivo ha corrido a cargo del señor vicepresidente del gobierno, el doctor Sánchez no está para el navajeo tabernario aunque este se produzca en sede parlamentaria. El líder de Podemos ha estado especialmente beligerante después de las tarascadas recibidas por su “desaparición” en la responsabilidad, por él reclamada, en la gestión de las residencias de ancianos. Había que contraatacar. Ayer en el Congreso no estuvo especialmente brillante con sus recurrentes referencias al marquesado de la señora Álvarez de Toledo, que recordaban a los repetitivos insultos de las clases de los niños de parvulario. La respuesta, medida aunque algunos piensen otra cosa, llevaba una carga explosiva muy superior

De dimisiones y nombramientos

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Decíamos ayer, parafraseando a un tal Fray Luis de León, que el reformador General Cassola, allá por el lejano 1888, proponía cambios profundos en el mundo militar. Uno de ellos era la eliminación de los ascensos por “méritos de paz” que llevaban a los más altos empleos a oficiales que apenas habían olido la pólvora en tiempos en lo que eso, el combate, representaba lo cotidiano en el oficio de las armas. Con el paso del tiempo ese tipo de méritos fueron trocados por los “de guerra” y ya en el siglo XX, durante el largo conflicto del Rif, fueron motivo de grandes carreras por méritos, llegando a provocar un grave problema político con el Arma de Artillería que al tener poca oportunidad de despliegue en aquella zona las rechazaba. El asunto se enriscó de tal manera que el dictador Primo de Rivera llegó a disolver el Arma en uno de sus prontos. En la actualidad, en España, se utiliza un sistema de ascensos perfectamente reglado desde los tiempos de la Academia. En los primeros empl

Pita da Veiga y Cassola

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Vaya título para empezar una tribuna. Exige explicación desde el inicio y es lógico puesto que son nombres que están ya solo en los libros de historia. El primero era el Ministro de Marina cuando Adolfo Suarez decidió legalizar la existencia del Partido Comunista de España, que no el partido puesto que este nunca había dejado de existir en el país, y el almirante Gabriel Pita da Veiga, franquista hasta la médula, decidió dimitir e irse a su casa, desapareciendo de la vida política de la nación hasta su definitiva desaparición física. Viene a cuento porque desde entonces no habíamos tenido ninguna dimisión de almirante o teniente general y esta mañana se ha producido este hecho insólito para los anales modernos de la vida militar española. El jefe militar de la Guardia Civil ha dimitido ante lo que ha considerado un abuso y presión política inaceptable para quien manda militarmente el   Cuerpo, el cese de coronel jefe de la Comandancia de Madrid, el coronel Pérez de los Cobos cuya

Solo obedecen al Duque de Ahumada

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Esa frase cobró notoriedad hace unos años cuando un joven juez instructor de la Audiencia Nacional abrió diligencias por un chivatazo a los cobradores del impuesto etarra en la frontera vasca, el caso Faisán. En el significado estaba que la Guardia Civil no se casa con nadie, solo con lo que le manda la Cartilla del Guardia Civil, creación de su fundador el Duque de Ahumada en 1852; y en ella, en su primer artículo se señala que “el honor es la principal divisa del guardia civil, una vez perdido no se recupera jamás”. Eran otros tiempos, el joven juez de entonces, tenía como referente a su conciencia y actuaba con la ciega rectitud de la justicia; hoy, pasados unos años, de aquel magistrado poco o nada queda, su credibilidad ha ido haciéndose girones desde su entrada en política y ahora muestra sin vergüenza la fealdad de su verdadera condición. En aras de mostrarse como el mejor de los lacayos de su jefe va dejando cadáveres de honrados profesionales por el camino. Es el mejor d

Un nuevo regeneracionismo

Durante generaciones, en España, ante una calamidad llegaba el dicho contemporizador de “más se perdió en Cuba”, recordando la pérdida de las provincias ultramarinas a manos del yanqui. Fue una auténtica hecatombe para el imaginario de los españoles de la época; de un lado la terrible cuantificación de las pérdidas humanas y la visión de los despojos humanos que iban llegando en terribles condiciones en los barcos del Marqués de Comillas, y del otro el sentimiento de haber perdido las últimas posesiones americanas, aunque la pronta recuperación de la economía mostraría que la pérdida no era tan terrible. El sentimiento general era tremendamente negativo y daría lugar en lo artístico a la conocida Generación del 98, y en lo político al Regeneracionismo. Un movimiento éste de carácter transversal en el que había figuras de todo el arco político pero en el que descollaba Joaquín Costa, el León de Graus. Enseñante, jurista, historiador, geógrafo y político, pocos ámbitos escaparon a su

¿Cambiará el mundo?

En la película El reino de los cielos,  de Ridley Scott, director que pocas veces defrauda, hay una secuencia en la que el protagonista se prepara para saltar a Tierra Santa, es el Puerto siciliano de Mesina, durante siglos pieza fundamental del comercio marítimo en el Mediterráneo oriental. El trasiego de cruzados no se detendría hasta la caída de San Juan de Acre en el 1291 pero, aún así, genoveses y venecianos siguieron haciendo muy buenos negocios con los distintos ramales de la ruta de la seda y también con las rutas marítimas que desde el Lejano Oriente traían las especias hasta las arenas de Arabia. En 1347 doce galeras genovesas llegaron a Mesina. Sus escasos tripulantes y pasajeros venían en peores condiciones que los compañeros de Juan Sebastián Elcano tras la circunnavegación. Provenían de Caffa, una ciudad y centro comercial en la península de Crimea que los mongoles de la Horda de Oro habían intentado vanamente asaltar pues llegaron allí con una desconocida carga en su