Sobre el carácter militar de la Guardia Civil


España tiene, a nivel nacional, dos cuerpos policiales, la Policía Nacional y la Guardia Civil (GC). El segundo, como la Gendarmerie francesa, los Carabinieri italianos, o la Guardia Nacional Republicana de Portugal entre otros, tiene la particularidad de tener además carácter militar, lo que le da una personalidad diferenciada de la Policía Nacional, ni mejor ni peor, diferente.
Los oficiales de la Guardia Civil se forman, durante los dos primeros años de los cinco de estudios que tienen que hacer para ser promocionados a teniente, en la Academia General Militar de Zaragoza, junto con sus compañeros del Ejército de Tierra. Es allí donde les dan, por medio de los principios y valores morales de la casa, el carácter que ya van mantener a lo largo de la vida profesional y que ellos van transmitir a sus subordinados. En Aranjuez, además de reforzarlos, van a darles el conocimiento técnico para desarrollarse y perfeccionarse por los puestos y empleos de la carrera profesional.
Hago esta larga introducción antes de ir a la noticia de hoy, el cese del coronel Sánchez Corbí, jefe de la UCO, la Unidad Central Operativa de la GC, por la falta de confianza del ministro Marlaska en él, asunto que me resulta  suficientemente preocupante como para expresarme en estas líneas.
Llega este cese después de que ya el ministro hubiese cambiado al jefe de la Unidad de estudios del Ministerio del Interior, un coronel de la Benemérita, por un comisario conocido como “Lenin” dentro de las filas la Policía y, al parecer, sin experiencia operativa.
Antes de estos movimientos, todos ellos dentro de las competencias del ministro y por ello perfectamente legales, y durante la etapa del ministro anterior, Zoido, ya nos habían informado del cambio hecho en los dos cuerpos policiales para extinguir la figura del DAO, Director Adjunto Operativo, que en la GC es un Teniente General que encabeza todo el organigrama profesional del Cuerpo.
 El organigrama resultante daba con cuatro jefes de área como interlocutores con el Director general, es decir, el mando político y, según las asociaciones profesionales del Cuerpo, buscaba recortar el control anteriormente en manos del DAO. Todo esto sucedía en mitad de un oleada de casos judiciales que afectaban, y a veces sorprendían, al partido del gobierno y que, después, estarían en la justificación de la moción de censura que haría caer el gobierno Rajoy. 
Los oficiales de la GC, como los del Ejército, tienen un sistema de ascensos muy estricto, en el que la intervención política tiene muy poco que hacer. La hoja de servicios es la que manda en su recorrido profesional, solamente se deben a esos valores y principios que les grabaron en el alma en la Academia General y en la Academia de oficiales de Aranjuez, lo que hace que sea la ley su única dependencia, por ello, en ocasiones, su sentido del deber los convierte en incómodos ¿Será éste un caso de temor o uno de incomodidad?
La cartilla del Guardia Civil dice en su artículo 1º que “El honor es la principal divisa del Guardia Civil…, una vez perdido no se recupera jamás”, en sus cuarteles leemos “todo por la patria”, y ahora al coronel Sánchez Corbí, mando militar no político,  le clavaron en la espalda un cartel de desconfianza. Después de toda una vida dedicada a la lucha contra ETA,  y hoy en día contra los delitos más horribles, me lleva a pensar que el asunto bien merece una explicación más profunda…si es que la hay.


En Cangas del Narcea  a 2 de agosto de 2018

Raúl Suevos

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