Sin espacio para la Tercera España

 

Hoy es día de análisis apresurados en los medios de comunicación tras los “históricos” –dos de cada tres suelen ser históricos para los tertulianos- resultados de las elecciones madrileñas; más adelante llegarán los estudios detallados a cargo de sociólogos principalmente, pero también de psicólogos, y puede que hasta psiquiatras. Lo mío es más pedestre, más de andar por casa, un poco como los jubiletas que observan y critican los trabajos públicos en las calles de nuestras ciudades; un repaso basado en la edad más que otra cosa.

Ha sido una campaña electoral desagradable y terrible en la que el nivel, o quizás habría que hablar de desnivel, de la descalificación personal y la violencia verbal y física ha alcanzado cotas, o mejor simas, nunca antes vistas. No había programas ¿o sí? Quizás entre el ruido resuene algo de bajada de impuestos por parte de una ganadora que tendrá que esmerarse para cumplir en solo dos años, y de acercar la administración al administrado del lado de una segunda clasificada pretendidamente familiar pero pupila de un Errejón crecido en el mismo caldo que el de Galapagar, pero, en todo caso, era tanta la baraúnda que dudo que muchos se hayan enterado de eso detalles sin importancia.

Las elecciones madrileñas, cuyo estatuto impone que en dos años se repitan, lo que las hace más incomprensibles, no han sido constructivas; desde su misma convocatoria tenían como objetivo, de unos y de otros, cargarse al contrario. Se pusieron sobre la mesa corazones, hígados, riñones, todo tipo de vísceras, la tradicional casquería de la que es tan aficionada la gastronomía de la capital que en esta ocasión se cocinaba a fuego vivo, buscando abrasar al contrario. Un tipo de campaña que, por desgracia, es muy probable que cree escuela y quede como referente para el futuro en el resto del país. En fin…

Fascismo, comunismo, sanchismo, franquismo, todos los ismos aparecieron…para unas autonómicas, por más que hablemos de Madrid. Y parece razonable que, con tanta pasión en juego, ahora se quieran cobrar los réditos. Algunos ya están pagando –se veía venir- como el profesor Iglesias, que agotado en tiempo record su crédito, abandona la política. A otros, como el doctor Sánchez, les querrán también cobrar, aunque el letrado Casado no tenga méritos acreditados para ello. Pero repercusiones habrá, hasta en Cataluña, probablemente.

Otra perdedora es España, o al menos aquella Tercera España que reclamaba don Salvador de Madariaga, aquella que, de amplio espectro y extensión para él, tenía como vocación y destino histórico evitar que las Dos Españas se enzarzasen a garrotazos, como ocurrió en el 36, cumpliendo una fundamental misión de apaciguamiento y enlace entre dos formas de ver la construcción y desarrollo de la nación.

Ciudadanos, en esta ocasión encabezada con un Edmundo Bal que ha sido, para casi todo el mundo, el más correcto de los contendientes, se ha quedado con un 4% fuera de la asamblea madrileña, lo que es una pena para él, para su partido, para Madrid y también para España.

Raúl Suevos

A 5 de mayo de 2021

Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

Comments

  1. Al pobre Edmundo le ha lastrado mucho las maneras (traiciones) de Aguado como vicepresidente y la incomprensible maniobra de Arrimadas con el PSOE en Murcia, CyL y en otros lugares, intentos frustrados en todos los casos por gente de dentro de Ciudadanos. En Madrid se ha repetido lo de que "Roma no paga traidores". Ciudadanos viene equivocandose hace tiempo y al final le ha llegado la puntilla.
    Un abrazo Raúl

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