Las operaciones de falsa bandera

 

La invasión de Ucrania nos está dando cada día nuevos, o recuperados, conceptos sobre el viejo arte de la guerra. Toca hoy hablar de las operaciones de falsa bandera, acciones de fácil compresión que consisten en llevar a cabo una acción, generalmente en el campo propio, con fuerzas o elementos que parecen pertenecer al enemigo, para a continuación, con la fuerza moral que nos ha dado la operación de falsa bandera, atacar duramente al adversario.

Para facilitar la comprensión del concepto nada mejor que un par de ejemplos, uno de los cuales nos afecta directamente como españoles. El primero de ellos se produjo de forma accidental en la bahía de La Habana el 25 de enero de 1898 al estallar por autocombustión, debida a un defecto de diseño, el depósito de municiones del acorazado Maine, que se hundiría a continuación. Un hecho fortuito del que los yanquis culparon al gobierno español –una mina decían- y que justificaría la declaración de guerra que acabaría con la presencia española ultramarina.

El segundo caso se dio en el Golfo de Tonkin, Vietnam del norte. Allí los servicios secretos norteamericanos montaron un falso ataque del vietcong contra el crucero Madox en aguas internacionales, según ellos, y el asunto justificaría el aumento de 50.000  asesores hasta 500.000 llevado a cabo por el presidente Johnson. Estamos hablando de la Guerra del Vietnam, empezada en su escalada con una operación de falsa bandera.

En Ucrania los rusos llevan tiempo hablando de los laboratorios químicos subvencionados por los EEUU y la UE en los cuales los hombres de Zelenski estarían preparando un agente químico para ser dispersado no se sabe muy bien donde. También han comenzado a hablar de una bomba sucia –pequeño ingenio capaz de diseminar contaminación radiológica- que se estaría preparando en alguna de las centrales nucleares ucranianas. Todo recuerda a otras operaciones informativas rusas llevadas a cabo con carácter previo a una acción determinada, como los ataques químicos llevados a cabo en la guerra de Siria.

Que los Estados Unidos, y en general Occidente, se lo toman en serio se percibe en el hecho de la difusión de estos preparativos informativos rusos por parte de los portavoces de Washington, Londres o Bruselas. Algo que también se puede confirmar al ver que Rusia ha solicitado, y se le ha concedido, una reunión de emergencia del Consejo de seguridad de NNUU en Nueva York para estudiar el asunto.

La opción novedosa tomada por el presidente Biden de denunciar anticipadamente los planes de invasión rusos no consiguió frenar los planes de Putin. Este nuevo intento de detener una posible operación de falsa bandera tampoco llega con mayores seguridades, pero parece plausible en cuanto que, sin duda, servirá para poner en evidencia la falsedad rusa, caso de producirse.

Raúl Suevos

A 11 de marzo de 2022

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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