Nueces de Galicia

 

Asturias tiene una gran tradición con las nueces. Antes, cuando los pueblos estaban poblados, no había casa que no tuviese el propio, para consumo interno y venta del excedente. Lo mismo sucedía en la vecina Lugo y en el resto de Galicia.

Con el paso del tiempo, en ambas regiones, los pueblos fueron vaciándose y los montes llenándose de “ocalitos”, que últimamente arden casi con la misma velocidad con la que lo hacen los viejos pinos plantados por el ICONA.

En la actualidad, con el impulso del interés económico de los rendimientos de la nuez, parece que en la vecina región existe un fuerte interés hacia la plantación de esta especie de las juglandáceas, que es tan recomendada por los dietistas de todo tipo por sus indudables efectos positivos para la salud.

En el País Vasco también se daban las nueces, al menos eso era lo que pregonaba Javier Arzallus, aquel jesuita reconvertido en político que durante años dirigió los destinos del PNV, y, en cierto modo, los de España. Eran unas nueces, al parecer, manchadas de sangre, de sangre española; unas nueces que caían del árbol sacudido por ETA y que el PNV recogía. Manchadas de sangre.

Son historias de las que no se hace eco la prensa, por viejas, y que sólo los que peinamos canas mantenemos en la memoria. Los tiempos, siempre cambiantes y en constante evolución, hacen que lo que fue estalinismo pasase a eurocomunismo, izquierda unida más tarde, para tras una ligera indignación dedicarse a sumar por todos los rincones. Pero la sangre sigue aún húmeda en el corazón de mucha gente, particularmente en el de las víctimas. Y algunas manifestaciones escuecen.

La izquierda se viste de progresismo para así convertir en reaccionario al resto, y hasta me parece legítimo. Allá cada uno con sus disfraces. Pero uno debe elegir con cuidado las compañías, más allá de los exabruptos de campaña electoral, especialmente si el objetivo a lograr es el gobierno de la nación. Particularmente si, por encima del gobierno de lo económico, se quiere reconducir la deriva ideológica de los últimos años. Si se quiere.

Por todo ello no deja de chocarme que el candidato en cabeza de todas las encuestas se lance, en su optimismo, a insinuar su preferencia, no ya por el señor Page, sino por la tropa peneuvista, para sustentar un posible gobierno español por él dirigido, en detrimento de los votos del señor Abascal, convertido hoy por todos en un remedo de Araziel al que hay que condenar al Averno más profundo.

Antes de recoger las nueces, ensangrentadas, el PNV ya había traicionado a la República, y más recientemente al propio Rajoy. Ándese con cuidado señor Feijoo.

Raúl Suevos

A 17 de julio de 2023

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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