El tapado

 

Es la polarización, palabra que ha sido elegida por FondéuRAE como la del año, la característica más descollante de la política española actual, para desgracia de todos nosotros, pues ello lleva a centrar el esfuerzo en el menoscabo o incluso destrucción del adversario, en lugar de dedicar los afanes a ese cacareado bien común que tanto aflora en la boca de nuestros próceres. Ye lo que hay.

El caso es que, en el partido del gobierno, parece extenderse el sentimiento de que, tras estos años de reinado sanchista, habrá que proceder a una cierta refundación, o catarsis que dirían otros, puesto que el actual sistema interno de promoción de adeptos y defenestración de todos aquellos que osan manifestarse, no ya contra el secretario general sino en oposición a algunas de sus políticas, o simplemente mostrarse tibios en el aplauso al líder, acabará por dejar un partido de encefalograma plano, y unos cuadros inservibles tras años de obediencia bovina.

El problema, para esta supuesta renovación, es que se hace necesario un nuevo líder, algo que, teóricamente, se resuelve con esos procesos de primarias que han traído a personajes como el propio Sánchez, o el ya desaparecido Casado en el PP, es decir, procesos que ponen a los partidos al borde del precipicio, por más que en algunos casos, puedan acabar en Moncloa.

El Partido socialista actual, entre otros, muestra el rasgo de no contar con ninguna figura relevante tras el líder, al contrario que el PP, en el que casi hay inflación. Page no cuenta, por más que él quisiera. Y eso nos lleva a buscar indicios que nos puedan alertar de por dónde van, en caso de que ya estén en marcha, o irán, si lo dejamos al albur de los futuribles, las posibles maniobras internas para sacar al partido del marasmo donde acabarán tras la pérdida del gobierno.

En días recientes se ha desarrollado en Madrid un acto coloquio en homenaje a la Constitución y a Peces-Barba, al que asistió lo más granado de la vida política y económica del país, atraídos sin duda por Felipe González al que acompañaba en el escenario un Eduardo Madina “retirado” desde hace unos años de la política, y dedicado actualmente al mundo empresarial como cuadro de una de las grandes consultoras de país.

Entrecomillo lo de retirado porque, los políticos, como los toreros, entran y salen en la situación de actividad con extrema facilidad, y esta cuidada reaparición del señor Madina, que no ha dejado de ser miembro del partido socialista, me suena a mí como un aviso a navegantes, patrocinado nada menos que por González.

No sé si yo, humilde lector de periódicos, estaré en lo cierto, pero parece un destape del tapado.

Raúl Suevos

A 19 de enero de 2024

Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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