Warmth is coming
El calor está llegando, en contradicción con aquel “winter is
coming” que regía, por encima de los dragones de Daenerys, toda la famosísima
serie televisiva Juego de Tronos. En ella se encerraba la promesa de un futuro
distópico para el mundo en el que el frío glacial invadiría todo, hasta las
almas de las personas, convertidas en Caminantes blancos. Afortunadamente la
mano vengativa de Arya Stark consiguió conjurar el maleficio y evitar el fin de
la humanidad. El invierno no acabó de llegar.
En el plano real, aquel territorio atenazado por el frio,
donde los caminantes se desenvolvían, estaba ubicado en la extraordinaria Islandia,
donde se rodaron muchísimas de las escenas de carácter invernal y que hoy
reciben aún más visitantes de los que ya atraían sus paisajes gracias a la
celebrada serie televisiva.
Y de allí, de la norteña isla, me llega la noticia, no
recogida, creo, por los grandes medios de masas, de que han capturado varios
mosquitos por primera vez en su historia, lo que ha alarmado enormemente a los
científicos, pues representa una señal inequívoca, una más, de que el calor
está avanzando, inexorable, y sin que tengamos a una Arya Stark para detenerlo.
En la misma noticia se comenta que en el condado de Kent, en
la Gran Bretaña, han capturado ejemplares del Aedes Egyptus, y del mosquito
Tigre. El primero vector transmisor de enfermedades como el dengue, el zika o el
chikunguña, por citar algunas de las que en este momento asolan la isla de
Cuba, meta turística de algunos connacionales. Mosquitos que, aquí en España,
ya llevan un tiempo instalados.
Hay otro aspecto de ese “warmth is coming” que no debemos
dejar de lado, y es el de la agricultura, cuyos rendimientos se verán afectados
con el aumento de las temperaturas, especialmente en el sur mediterráneo, donde
ya son muy altas, y no digamos en África, donde la combinación de ese calor y
la inestabilidad política y el terrorismo se encuentran detrás de las oleadas
de cayucos y pateras que de forma cotidiana recibimos en nuestras costas. Ye lo
que hay.
El calor está llegando y uno de sus corolarios debiera ser el
de la protección de nuestros recursos alimenticios, es decir, de nuestra
agricultura, que cada vez se hará más fundamental y estratégica, pero que, en
cambio, por parte de los gobiernos autonómicos, nacional y europeo, se ve cada
día más desasistida, incluso acosada, con unas políticas incompresibles -con el
suicidio paradigmático de un joven líder agricultor recientemente- que en
Asturias se articulan interesadamente en
torno a los dictámenes de animalistas y urbanitas, abocándonos a situaciones
peligrosas en un futuro que ya está llamando a las puertas.
Raúl Suevos
A 23 de octubre de 2025

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