Las manadas de Pablo Iglesias y el señor Lobo

LAS MANADAS DE PABLO IGLESIAS Y EL SEÑOR LOBO
Se ha puesto de moda la expresión de la mano de un lapsus linguae del líder podemita durante el debate electoral pero el señor lobo, personaje tarantinesco magistralmente interpretado por Harvey Keitel en la película Pulp Fiction, le daba un significado mucho más transcendente y relacionado con la realidad de las cosas.
Está hoy la prensa hablada y escrita en España que se deshace en elogios a la referencia que SM el rey hizo ayer en La Habana a la democracia y a los derechos humanos durante la cena de estado ante su anfitrión el presidente cubano. Que éste aplaudiese como si tal cosa da cuenta de hasta qué punto la frase había sido negociada por los respectivos ministros de exteriores; convendría sin embargo no perder de vista la realidad de las cosas; los ciudadanos cubanos, recipiendarios últimos de esos buenos deseos, apenas han sido conscientes de la real visita puesto que el diario Granma ha informado sucintamente y en Mesa Redonda, el programa político de la TV cubana, no se tratará más que de pasada, sin alusión, por supuesto, a esas frases. Cabría recordar que más potente pareció el mensaje del Papa Juan Pablo II en su visita a Cuba, y ya se vio.
La ciudadanía cubana vive en la total miseria informativa, los medios de comunicación pertenecen al estado y la prensa digital independiente apenas tiene alcance entre la población con muy limitado acceso a internet. El cubano de a pie se forma e informa a través del “paquete”, un CD de venta ilegal y salida quincenal en el que se cargan informativos y series de España y Miami; por ahí les llegará dentro de algunos días algo del eco patrio de la visita real y de esas palabras que, a estas alturas, Díaz Canel ya habrá olvidado.
En la última jornada habanera el gobierno también le ha preparado al rey un encuentro con 30 representantes de la sociedad civil cubana, curiosamente la mayoría ya se encontraron con la misma brevedad con el presidente en funciones cuando visitó la isla. En el grupo tenemos al inevitable Perugorría, el más conocido de los actores cubanos, Leonardo Padura, el exitoso escritor, o Enrique Núñez, el dueño de la Guarida, la paladar más famosa de la ciudad que lleva veinte años haciendo sonar en sus salones el “entre dos aguas” de Paco de Lucia.
No ha habido tiempo ni lugar para las Damas de blanco u otro representante de la minimalista oposición cubana, huérfana de figura potente desde la desaparición de Oswaldo Payá en el transcurso 
de una chapucera operación llevada a cabo por el entonces jefe de la juventud pepera madrileña, tiempos de doña Espe, y que hoy ha sido colocado por su colega de ansias juveniles, ahora en lo más alto de Génova, con un momio de 60K de la comunidad madrileña. Carromero se llama y aún más alto lo veremos.
No consta que tampoco se preguntase por José Daniel Ferrer, líder de la UNPACU, Unión patriótica cubana, miembro de aquellos 75 de la primavera negra de Fidel Castro condenados sumariamente a 20 años por ser opositores al régimen y que Zapatero y Moratinos, en un operación que solo benefició al gobierno cubano, trajeron para España donde duraron lo que los escasos subsidios del gobierno, después la mayoría se fue para Miami, algunos incluso volvieron a Cuba. Unos pocos, Ferrer entre ellos, se negaron a abandonar la isla y desde entonces sufre el acoso del G2 cubano con constantes detenciones arbitrarias.
Ya hace un mes largo de la última detención, aunque se ignora si la visita real ha tenido algo que ver, y en 100 y Aldabó –el centro de detención para políticos- eso es mucho tiempo, tanto que su mujer en la única visita permitida se ha encontrado con la sombra de su marido en lugar del hombre pleno que detuvieron. Ni que decir tiene que, como suele ocurrir en Cuba, no existe comunicación sobre los 
cargos que se le achacan; da igual, cuando convenga se le soltará, no antes.
Ha habido también encuentro con los empresarios españoles en Cuba, siempre en precario ante los bajones en la liquidez gubernamental, como en estos días sucede, y siempre atentos al estado del bloqueo pues saben que sin él su ventaja competencial desaparece y Cuba todo lo comprará en su mercado natural, los Estados Unidos, como ya sucede hoy con los productos agropecuarios que vienen de allí mayoritariamente; eso sí, previo pago en metálico que el señor Trump no da en fiado.
Sobre estas cosas no he leído ni escuchado nada en los maravillosos medios de comunicación social españoles y es por eso que no he podido menos que recordar al señor lobo cuando decía a los personajes de Travolta, Tarantino y Jackson “dejemos de comernos la…los unos a los otros y pongámonos a trabajar”. Pues eso.
Raúl Suevos
A 14 de noviembre de 2019
Versión en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com

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