Italia nostra

 


Durante los primeros días de nuestra vida familiar en Florencia, en el otoño del 96, más allá de las pequeñas sorpresas que la adaptación a una nueva cultura te da cada día, y que en Italia son más de las que los españoles piensan, para nosotros era especialmente sorprendente la parafernalia de sirenas, helicópteros, furgones, motoristas, etc. que dos veces al día pasaba delante de nuestra terraza en el Lungarno del Tempio.

Era la caravana que diariamente llevaba a Totó Riina, el capo de la Cosa Nostra siciliana, al macrojuicio que se desarrollaba en la antigua cárcel florentina, convertida en fortaleza inexpugnable para la ocasión, por el atentado terrorista llevado a cabo unos años antes contra la Galería de los Uffizi, con una furgoneta cargada con 280 kilos de explosivos y que había costado la vida de cinco desaventurados, entre ellos dos niños.

Riina, el monarca mafioso entonces en el trono, había estado “latitante”, en busca y captura, durante 23 años, hasta que los Carabinieri le echaron el guante. A él le sucedió Roberto Provenzano, latítante durante 40 años y cazado también por los hombres del Benemérito Corpo. Ambos murieron tras los barrotes.

Su sucesor, y como ellos responsable de los más sangrientos  atentados de la mafia siciliana, Mateo Messina Denaro, estaba en fuga y condenado a la perpetua desde hacía 23 años. Mucho tiempo, demasiado, y ayer se acabó su historia..

Ayer por la tarde, ya en plena oscuridad invernal, aterrizamos en Milán en visita familiar, y, de camino a casa, paramos para avituallamiento en un conocido centro comercial; un chianti, unas cervezas, unos tacos de parmigiano, unos taralli picantes, y los imprescindibles tomates y mozarella afumicatta. Un plan perfecto para una cena sin complicación y de confección rápida, aunque ya en la cola de la caja pudimos comprobar que era una jornada diferente; se había muerto la Lollobrigida. La Lollo, pronúnciese Lol-lo.

Ya en el confort de la vivienda comprobamos que la noticia, muy por encima de la desaparición de Gina de muerte natural a los 95 años, era Messina, atrapado por los Carabinieri cuando esperaba su sesión de quimioterapia tras intervención quirurgica con una identidad falsa. Recordamos, de la mano del telegiornale, que él había estado detrás del asesinato del general Carlo Alberto de la Chiesa, creador del ROS ,el Riparto Operativo Speciale homólogo de nuestra UCO y responsable de su apresamiento; también del estrangulamiento y posterior disolución en ácido del niño/hijo del arrepentido Di Mateo, pero, sobre todo, fue elemento decisorio del asesinato con bomba de los magistrados Falcone y Borsellino. Morirá en la cárcel, como Riina, como Provenzano, y muchos, aunque la mafia no esté derrotada, se alegrarán.

La cena resultó extraordinariamente sabrosa y placentera. Hasta nos tomamos una grappa barricatta para acabar, y a la salud de los Carabinieri.

Raúl Suevos 

A 17 de enero de 2023

Traducción en bable en abellugunelcamin.blogspot.com


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