Nunca el gusano llegará a mariposa
Estamos en 1991, es decir, en plena euforia europea tras la caída del Muro de Berlín, y con la Globalización económica tomando forma con la entrada en el asunto de los gigantes asiáticos. Todo parece sonreír al mundo, particularmente a Europa, que se siente preparada para cabalgar esa ola de optimismo general; pero, siempre hay agoreros.
El ministro de exteriores luxemburgués, un país minúsculo incrustado entre Francia y Alemania, y muy cerca de Bélgica, pero que gestiona los capitales de medio mundo, y en el que su clase dirigente, que lo es casi toda la población autóctona, conoce bien los entresijos de lo que sucede en todo el Globo y, lo que es más interesante, lo que previsiblemente sucederá en el futuro; el señor Jacques Poos, les suelta un discurso a sus colegas europeos en el que queda para la historia la definición de lo que es Europa: “Un gigante económico, un enano político, y un gusano militar”, con el corolario, para el canciller, de la necesidad de equilibrar, hacia arriba, los tres aspectos señalados en su aforismo, hoy histórico y citado, desgraciadamente, con demasiada frecuencia.
En lo económico Europa ya no va tan bien, que se lo pregunten a los clásicos gigantes Francia y Alemania, o podemos mirarnos en el espejo de nuestra Deuda nosotros mismos. Si vamos a lo político nada más tenemos que ver el efecto que nuestras “amenazas” hacen en el ánimo de Vladimir Putin, o la vergonzosa retirada francesa de su área de influencia africana, o esos británicos, aún más insignificantes tras su estúpida salida de Europa; ye lo que hay, dirá alguno. Pero es en lo militar, donde peor estamos, pues si entonces, en el 91, podíamos esperar que, llegado el caso, ese gusano podría devenir en brillante mariposa, hoy sólo podemos aspirar a que, si antes no es aplastado por el basto zapato ruso, nos transformemos en algo parecido a un escarabajo pelotero, siempre empujando marcha atrás, y lo que es peor, empujando la mierda de otros. El tiempo se acaba.
En el 2014, tras la revolución ucraniana del Euromaidan, con el caluroso apoyo, moral, de las élites europeas, llegó la primera invasión rusa del país, con la ocupación de Crimea y el alzamiento orquestado por Putin en el Dombas, y en Bruselas no fueron capaces, nadie, de tomar nota y ponerse a trabajar seriamente en la construcción de la Defensa europea. Ahora, tras más de 1000 días de guerra total en Ucrania, con miles de muertos y desplazados, quizás sea tarde, aunque tampoco se ve reacción.
Llega Trump, y el ciudadano europeo no está preparado para pagar por la Defensa, prefiere irse de puente, y el gusano se arriesga a que lo aplasten.
Raúl Suevos
A 7 de diciembre de 2024
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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