Se le fue la mano...a Sánchez
La convención socialista, como cabía esperar, ha ocupado las primeras del fin de semana, marcando quizás el inicio del descenso informativo por el desastre valenciano. Pobrecillos ellos, tan necesitados, y, al tiempo, sin poder quitarse de encima la imagen de lo que pasó, aún pasa, en Lorca y La Palma. Promesas que lleva el viento, y el tiempo. Ye lo que hay.
El caso es que esta convención, de congreso no parece que tuviese mucho si echamos la vista atrás y recordamos lo que antes eran, al menos en el caso socialista, fue convocada por el líder inmarcesible –eso quisiera- allá por el lejano septiembre, tres meses en la España de hoy son como un siglo de los de antes, para dar un empujón no se sabe muy bien si a su imagen o al partido, pero la rampante corrupción que asola a su entorno político y familiar le ha jugado una mala pasada con las fechas, y la actualidad no es la que a él le gustaría.
Para colmo, en vísperas, salta el asunto Lobato, que traerá, con toda seguridad, nuevas imputaciones. Todo ello, me imagino, debió dejar al líder y a sus más cercanos acólitos consternados, por eso debieron pensar que mejor que un congreso se trataba de hacer una misa de adeptos, con el rito y la religión de Pedro Sánchez. Para el debate quedó la capada intervención de una militante de izquierda socialista, como un recuerdo patético de lo que hoy es el PSOE.
La histriónica intervención final de UNO entraba en lo previsible, por desmedida y ampulosa, y buscando algún mensaje político, me quedo con las apelaciones al cambio climático, y, de paso, a los negacionistas, encarnados en la ultra derecha y la tradicional, las mismas a las que en su apartado, la vice de verbo atropellado acusó de golpistas. Fuera de esto nada queda, pues el anuncio de una agencia estatal para la vivienda suena a agencia de colocación partidista disfrazada de cachondeo si vemos los resultados en este apartado en sus años de gobierno.
Por lo demás, allí estaban todos, hasta la última “famosa”, aquella que envió los correos electrónicos a Lobato para atacar a la archienemiga Ayuso, también la esposísima reina de los másteres sin contenido ni alumnos, a la que hicieron pasillo los adeptos entre besos, achuchones y jaleos, como, con mucho mayor fervor harían después a su adorado marido. Un espectáculo, incluido el padre Ángel.
Como también lo fue, aunque sombrío y lamentable, el aplauso pedido por el director del aquelarre, un Espadas con futuro incierto, por cierto, para los responsables condenados en el Supremo por los 700 millones escaqueados al erario público en Andalucía, los Cháves y Griñán. Todo ello para cerrar con esa Internacional trasnochada que devuelve al PSOE a los tiempos anteriores al congreso del 79 cuando Felipe eliminó al marxismo del ideario del partido, y en la que, ahora sí, el secretario general levanta el puño.
Atrás queda aquella imagen de fondo con una gigantesca bandera de España de los primeros tiempos sanchistas, ahora otros son los intereses, los que marca su personal manual de resistencia, no los de España.
Raúl Suevos
A 2 de diciembre de 2024
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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