Más de lo mismo en Cuba
Poco antes de mi llegada a la isla, al final del verano del 2010, el entonces ministro de exteriores español, el señor Moratinos, de talante y recorrido vital muy similar al de su ínclito jefe, el del Pensamiento bambi según Gustavo Bueno, sacó adelante, o al menos así se lo apuntó, la liberación de 75 presos políticos cubanos que habían sido detenidos y encarcelados por Fidel Castro en la conocida como Primavera Negra de 2003, es decir, en uno de los volantazos oportunistas del ogro cubano tras un periodo de aparente apertura. La operación, como todas las del régimen cubano, tenía trampa, puesto que la “liberación” suponía el abandono de la isla, y no había cancelación de las penas, que volverían a entrar en vigor en caso de regreso. Las tropas zapateristas celebraron el suceso como un gran éxito diplomático y una señal de apertura del nuevo ogro en el poder, el hermanísimo Raúl Castro, dado que Fidel ya sólo ejercía como “soldado de las ideas” desde su casa del Punto Cero, ...