Más de lo mismo en Cuba

 

Poco antes de mi llegada a la isla, al final del verano del 2010, el entonces ministro de exteriores español, el señor Moratinos, de talante y recorrido vital muy similar al de su ínclito jefe, el del Pensamiento bambi según Gustavo Bueno, sacó adelante, o al menos así se lo apuntó, la liberación de 75 presos políticos cubanos que habían sido detenidos y encarcelados por Fidel Castro en la conocida como Primavera Negra de 2003, es decir, en uno de los volantazos oportunistas del ogro cubano tras un periodo de aparente apertura.

La operación, como todas las del régimen cubano, tenía trampa, puesto que la “liberación” suponía el abandono de la isla, y no había cancelación de las penas, que volverían a entrar en vigor en caso de regreso. Las tropas zapateristas celebraron el suceso como un gran éxito diplomático y una señal de apertura del nuevo ogro en el poder, el hermanísimo Raúl Castro, dado que Fidel ya sólo ejercía como “soldado de las ideas” desde su casa del Punto Cero, en Siboney, en los terrenos del antiguo campo de golf del Yacht Club de La Habana. El tiempo pondría todo en su lugar.

La mayoría de los liberados, que llegaban a España con sus familias o allegados, fueron tomando, en su mayoría, el camino de los Estados Unidos, donde hoy por hoy cuentan con mayores y mejores redes de apoyo que los 18 meses subsidiados que España les ofreció. Y con el paso del tiempo, el interés de nuestro gobierno tomó otros derroteros, y el asunto acabó con unas pocas familias acampadas en frente del Palacio de Santa  Cruz, sede de nuestro ministerio de exteriores, reclamando una ayuda en condiciones.

Ahora estamos ante una historia similar, o aún más cutre. Son 543, dicen, los que serán liberados, personas detenidas hace año y medio tras el conato de levantamiento que hubo en Cuba, y ello a cambio de que el presidente yanqui saliente saque a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, algo que, teóricamente, facilitará las transacciones de Cuba, aunque no mucho, puesto que no tienen con qué pagarlas y ya hace tiempo que el crédito se acabo; incluso para Rusia y China. Pero bueno, hasta el Papa ha podido apuntarse un tanto.

Siempre lo mismo, detenciones seguidas, tras un tiempo, de liberaciones mediante transacción, pero nada cambia, y tampoco esta vez lo hará. Seguirá creciendo el hambre y el número de los que huyen de la isla, mientras todos esperan que la naturaleza se lleve a Raúl Castro, la clave de bóveda del régimen, y cuya desaparición, esperemos, supondrá el desmoronamiento del Castrismo.

Raúl Suevos

A 18 de enero de 2025

Traducción en llingua asturiana en abellugunelcamin.blogspot.com

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