Metro a metro, podría, finalmente, llegar el Metrotren
Los norteamericanos, en su devenir imperial, cuentan con una potente y tupida red de instituciones de dependencia estatal o universitaria, éstas en su mayoría de carácter independiente, y, a través de ellas se puede encontrar todo tipo de estudios, especialmente en el campo sociológico, dónde es más difícil el trabajo individual de los científicos e investigadores del ramo.
En este sentido, la Brookings Institution, con sede en Washington, pasa por ser desde hace años la más importante del país entre las independientes, y se especializa en la investigación en las llamadas ciencias sociales, con especial dedicación a las políticas metropolitanas y a la gobernanza de las mismas, y para ello desarrolla un gran número de herramientas sociales que pueden ayudar a definir las futuras tendencias y también a prevenir los posibles peligros que acechan en el camino. Uno de estos útiles, para lo que nos interesa, es el Metro Monitor, con el que desde hace ya diez años sigue las tendencias en las áreas metropolitanas estadounidenses que cuentan, lógicamente, con este medio de transporte; y, observando el recién publicado para este año, se puede concluir que, en general, el metro provoca una mejora general en la calidad de vida, y particularmente en el acceso y precio de la vivienda, lo que da, como resultado, poblaciones más sanas y felices. Nada menos.
A nosotros, los gijoneses, si nos creemos el enésimo anuncio llegado tras la reunión de Gijón al Norte, nos espera la felicidad a la vuelta de la esquina, y también unos pocos años, cuando esta estación intermodal esté terminada, y con ella el alargamiento de ese semiabandonado Metrotren, con su tunelito y su canesú: Un túnel que vertebraría la ciudad de forma radical sobre ese eje subterráneo, facilitando enormemente la vida de la ciudadanía, y cambiándonos para siempre; aunque todo ello suponiendo que aún aguante tras tantos años de espera, y queriendo pensar que encontremos presupuesto para, una vez puesto al día, poner las vías y los trenes. Todo por el bienestar y la dicha prometidos.
Todo son anuncios positivos, como cuando nos vendieron la construcción del Muselón, como todas las promesas relativas a la Zalia, esa maravillosa plataforma logística, o la recurrente autopista marítima, y quizás haya algo de cierto en todo ello si observamos como la burbuja inmobiliaria crece y no parece tener fin en este Gijón cada vez con más foriatos y menos playos. Ye lo que hay.
Otra cosa será que, una vez más, alguna de las instituciones implicadas, como en ocasiones anteriores, se llame a andana, y los gijoneses tengamos que seguir esperando tiempos mejores. Eso sí, con la burbuja.
Raúl Suevos
A 28 de marzo de 2025
Traducción en asturiano en abellugunelcamin.blogspot.com
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