Conversaciones de paz en Casa Trump
Anoche me quedé esperando la conferencia de prensa en
Mar-a-Lago, la residencia privada del presidente de los EEUU que en este
segundo mandato parece haberse convertido en residencia oficial. Y la espera
mereció la pena, no por lo anunciado en ella sino más bien por el “show” que,
una vez más, nos ofreció el ogro anaranjado.
El resultado, como cabía esperar, es más de los mismo. Un 95%
de acuerdo en palabras del presidente Zelenski, que viene a ser lo mismo que
nada, pues ese 5% restante es poco menos que inalcanzable, y, en el supuesto de
lograrlo, que lo dudo, necesitaría el acuerdo del sátrapa del Kremlin. Es
decir, que los ucranianos tiene que seguir esperando que el temporal amaine;
algo improbable en el corto término.
En la parte de comunicación pública el espectáculo también
dio bastante de sí. Trump, a diferencia de lo que suele hacer nuestro inefable
presidente, respondió a un amplio número de periodistas, mezclando respuestas
sobre el interés del asunto con referencias a la esplendida comida que había
ofrecido a los visitantes, como si eso tuviera alguna importancia, dejando
entre ellas la información de que seguirán trabajando en modo equipos de
trabajo, con su yerno y su amiguete como elementos principales en la parte
yanqui, y dejando caer, en varias ocasiones, la actitud positiva y “pacífica”
de Putin, conclusión extraída por él
tras una conversación telefónica de una hora.
Al final, a mí me queda la percepción de que Zelenski, que de
profesión es actor, ha aprendido de aquella encerrona que le hicieron en
Washington, y sabe que tiene que inundar el ego de Trump con todo tipo de
carantoñas y agradecimientos, pues como todo ególatra es muy sensible a los
halagos. También cabe reconocer que el tono de la conferencia fue francamente
amable y simpático, lo que al menos parece asegurar la continuidad en la
llegada de la imprescindible inteligencia a los ucranianos, y quizás también
del armamento que ahora paga Europa. En lo negativo la equiparación trumpiana de
los dos contendientes, el asesino y los asesinados, llegando a expresar tras
una referencia periodística a los bombardeos del día sobre Kiev, que los
ucranianos también bombardeaban Rusia, obviando que estos lo hacen,
sistemáticamente, sobre objetivos militares.
Desde mi visión eurocéntrica creo que hemos ganado tiempo,
sobretodo, pese a lo que sus generales dicen a Putin, porque Rusia no avanza, o
lo hace a un precio inhumano, mientras su economía se derrumba, y nosotros, lo
europeos, desarrollamos mientras tanto la idea de que necesitamos más Europa,
de la Defensa hoy, y quizás mañana de los Estado Unidos de Europa, y ello
gracias a la vesania de Putin y el sacrificio de los ucranianos.
Raúl Suevos
A 29 de diciembre de 2025
Traducción en asturianu en abellugunelcamin.blogspot.com
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