La necesaria judialización
Estamos entrando ya en la fase de explotación política de la desgracia. Esa primera manifestación valenciana convocada por partidos y entidades de una determinada ideología, no afín al actual gobierno de la región, nos avanza por dónde va a discurrir la batalla por el relato. Una manifestación contestada casi al mismo tiempo por otra de ideología contraria frente a la sede del partido del gobierno central en Madrid.
Para el común de los ciudadanos, especialmente para el que no es militante de ningún partido, o ni siquiera votante tradicional, lo que cumple en este momento es dedicar todos los esfuerzos a la recuperación de los bienes y las personas, puesto que estamos hablando de una comarca que representa el 30% de la economía de la región. Todo lo que se salga de ese guión, en mi opinión, es perder el tiempo, salvo, como parece el caso de esa primera manifestación, que se haga con objetivos políticos partidistas, en cuyo caso hablamos de delito de lesa patria. Ye lo que hay.
Las responsabilidades por las acciones y omisiones, con el paso de los días, parecen repartirse, no sé en qué porcentaje, entre la administración regional y la nacional, y en el caso valenciano ya existe una primera denuncia presentada y admitida a trámite, y también la petición de información por parte del juez encargado de la instrucción del asunto, lo que debería llevarnos a una cierta tranquilidad en relación con la posibilidad de saber qué fue lo que ocurrió.
En el nivel nacional también existe otra denuncia pero, por aquello de los aforamientos, ha sido ante el Supremo donde se ha presentado, y aún no se sabe si será admitida a trámite –quiero pensar que sí- lo que debería iluminarnos respecto a las posibles omisiones del gobierno presidido por el señor Sánchez, el del “palazo” de Paiporta.
Para los escépticos sobre la acción de la justicia, los quince años que se tardó en dilucidar las responsabilidades sobre la “pantanada” de Tous pueden suponer un antecedente negativo, indudablemente, pero, si nos atenemos a lo que sucede en los últimos años en nuestros juzgados, cabe esperar que las filtraciones a las que estamos acostumbrados sigan produciéndose, y que de esta forma llegue a la opinión pública la información sobre los quiénes y los cuándos, para que, a partir de ahí, el votante pueda tenerlo en cuenta cuando toque de nuevo expresar nuestras preferencia políticas, si queda memoria.
No es tiempo de manifestaciones. Da grima ver, cuando son necesarios en las zonas devastadas, a esos policías -31 resultaron heridos- esforzándose por contener a los previsibles agitadores de todas las manifestaciones que se producen últimamente en nuestro país.
Raúl Suevos
A 10 días de noviembre de 2024
Traducción en llingua asturiana en abellugunelcamin.blogspot.com
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